domingo, 11 de diciembre de 2011

TU ESPÍRITU Y EL MÍO SE HAN DEVORADO


Hugo Urlacher


Buena la lió Cavalcanti

cuando habló de los espíritus

que sutilmente comunican

los cuerpos

y los hieren al entrar o al salir

enloquecidos de amor.


Alex Bazarin


Quizás continúen

viviendo,

más allá de

las comunes historias,

del caduco deseo,

del amor pervertido.



Dmitriy Lisichenko


Toman una vida propia,

se escapan de la piel

se van por nuestros ojos

y no vuelven.


Dmitriy Lisichenko


Tu espíritu y el mío

se acarician

tu espíritu y el mío

se contemplan

tu espíritu y el mío

por las noches,

juegan a

los astros,

que contemplan

desde oscuros telescopios.



Alex Dewars


Casi tangibles, luminosos,

despreocupados del mundo,

sin saber si los ven o

quién los mira.

Tu espíritu y el mío

de viaje

bañándose en el mar

o por el campo.

En Polonia,

en Praga o en Ucrania,

en Londres, en Thailandia...


Alex Dewars


Tu espíritu y el mío

entrelazados.

Nos han dejado solos.

Han volado.

Tu espíritu y el mío

se están mirando.



Dmitriy Lisichenko


Tu espíritu y el mío

se han fusionado,

olvidados de nosotros


Dmitriy Lisichenko



y, sin embargo,

nos han dejado extrañas

incomprensibles cicatrices

al escapar

por nuestros poros.



Dmitriy Lisichenko


Quién sabe si ahora

tu espíritu y el mío se han devorado.


Dmitriy Lisichenko




sábado, 24 de septiembre de 2011

R.I.P. EDUCACIÓN PÚBLICA (1857-2011)

TUS ALUMNOS, PADRES Y PROFESORES NO TE OLVIDAN.



Nadie supo
que las estrellas habían muerto.

Nadie escuchó el
fin del viento.

Nadie supuso
que la luna
recibía transfusiones de sangre
y se desvanecía por momentos.




Margarita Georgiadis




Pero aparecieron niños rotos
y nadie lo dijo por la tele.


Adriaan Brolsma



Supuraban los muñecos
y no había hospitales.



Eduardo Naranjo



Algunos se arrancaron
el corazón
y allí nadie dijo nada.

Los miembros de muchos
quedaron sepultados
bajo pupitres
y allí nadie dijo nada.

Los cubrieron
con pintura azul,
barnizaron
con capas excelentes
y allí nadie dijo nada.

Nadie entendió
por qué se vendían
ojos en bolsas.



Amanda Joseph



Nadie
era capaz
de arrancar
los brazos que
acuchillaban.

Ninguno clavaba
alfileres
en las lenguas.



Aron Wiesenfeld


Bocas feroces nos
devoraban,
y no supimos
recuperar los
trozos de carne,
que eran nuestros.



Amanda Joseph



Algunos nos vendieron


Ya no duran los días.
Se acabó,
han aparecido
aves extrañas que graznan
como terribles alcotanes.

Exhalan horribles chirridos
y portan cuerpos desfigurados.


Se presagia el frío.


Aron Wiesenfeld



Y nos persiguen.




Mientras,
rozamos letras,
acariciamos versos
y gritamos
aullando de dolor.



Margarita Georgiadis


lunes, 27 de junio de 2011

¿Y si yo te lamiera el cuerpo entero?




Audrey Anastasy


Como masa extrañada

y masculina,

¿no sabías que Galatea

cuando quiere

se convierte en Pigmalión?




Audrey Anastasy


Yo tomara el puntero,

desbastara

el gran bloque de tu carne.

Cinceles dentados,

dientes puntiagudos

harían cosquillas por tu piel

de piedra.



Audrey Anastasy


Te esculpo,

te horado ,

logró unos labios enormes

palpitantes en tu rostro,

amenazan con absorber

chupar, digerir.

Taladro unos ojos brutales,

descomunales,

¡me observas!



Audrey Anastasy


Continúo en las formas

de tu pecho,

pico piedra.

Tus brazos.

Labro,

labro

excavaciones profundas,

observo el percutor,

lo copio.


Saturno Butto



Eres

Aquiles,

semejante a un dios.

Eres Héctor,

el de más hermosa figura.

Te modelo.

Separo tus piernas,

te esmerilo,

te froto,

te pulo,

te beso

te libo,

te derramo.

Vuelo

por la estancia.




Saturno Butto


¿Y si yo te lamiera

el cuerpo entero,

la piel coqueta,

el vello descarado,

apetecible?



Audrey Anastasy



....


domingo, 8 de mayo de 2011

JURO QUE TE AMÉ

Dedicado a Natalí Tárraco, que pidió luces.


Peter Van Oostzanen


Juro que te amé.

Juro que entendí a Dios,

no a Dios padre,

a dios mar, a dios pez.

Juro que el sol penetró

en las rocas.

Yo, yo vi la luna

caer de un árbol

mientras la tierra gritaba

ante el impacto.

¡Yo lo vi!




Angel Peychinov


Estambres descosidos

de placer

en mis pistilos.


Tenías la frente azul

y tez de estrella.



James W. Johnson



Juro que amé

tu pelo

mineral de tierra.

Entré en tu boca

camino de tu alma

y llegué allí.

Bajaban flores por

tus venas

y yo las besé,

lo juro.



Angel Peychinov


Y después de

tu carne,

fui rayo,

viento,

nubes.



Bijan (Sara Moon)



...

jueves, 14 de abril de 2011

14 de abril de 2011








He aquí un pequeño guiño para un día muy especial para mí, que como viene siendo tradición en este blog, celebro con vosotros, mis queridos amigos:



Francisco Ayala



LA IMPRENTA


Texto: Elena Pascual



Bueno, la imprenta ya estaba otra vez allí, era lunes y comenzaba el trabajo. Seis de la mañana, brumas en el exterior, brumas en mi interior, la habitación llena de brumas y mi corazón latía sin piedad, resonando por el techo, por todas las paredes, agotando mi cerebro y llenándolo de pánico. De nuevo la imprenta y yo solos.




Pat Rocha



La imprenta volvió a mostrarme sus venas, sus arterias, se ponía en funcionamiento sola para demostrarme que era más fuerte que yo. Quería eclipsar el movimiento de mis vísceras, las suyas estaban llenas de sangre negra. Una vez demostrada lo que ella suponía su superioridad y yo llamaba prepotencia, callaba un momento, era el momento del saludo. Aun las fieras en sus fosos se permiten una tregua.






Pat Rocha




Ella calló, me invitó a acercarme, me sonrió burlona, yo también sonreí, el otoño invadía mi espíritu, mi soledad estaba rodeando mi cuerpo y aunque leve y suave, no podía esconderla y ella, mi cruel asesina, asesinalotodo, estampalotodo, devora, traga, imprime, sigue, rueda, lucha, toma, retoma, agarra, mata, estampa, la veía con la nitidez de la crueldad más vil.

Y yo me acercaba, sigilosa claridad que se vislumbraba por la ventana, llena de sarna y del odio que respiraba.




Pat Rocha




Era el momento, a qué más demora, el olvido y la muerte podrían ser inalcanzables, un segundo más y entraba en el mar del fracaso, confusión y pérdida.





Pat Rocha



Llegaba el instante propicio, si yo conseguía empezar la rotación sin perder un miembro, sin que el monstruo enorme y negro me engullera, ya estaba salvado. Hasta siete días después no comenzaba la trampa, una semana de descanso.

Un botón, unos papeles que ruedan, que yo coloco y todo seguía su ritmo, metía mis brazos en la boca gigante y negra y los volvía a sacar. Una lágrima fluía por mi mejilla hinchada del terror, ¡estaba salvado!, una semana más de vida.





Pat Rocha




Llegué a casa a comer a las cinco, era tarde, ¡estaba muerto de hambre!

Disfrutaba siete días de la vida como un condenado a muerte. Degustaba mi comida como si fuera la última, la espada de Damocles se cernía sobre mi cabeza. Cada momento en que gozaba, tenía su máximo esplendor y de repente un segundo, el terror, la angustia más recóndita nublaba todo mi alrededor, anegaba mi alma de fango, me dejaba ciego, pero era un segundo... después disfrutaba de todo nuevamente, ¡ay!, cenaba fuera, visitaba museos, leía libros, acudía al cine, me reunía con amigos; un segundo de ceguera y otra vez volvía a la vida.





Pat Rocha




Llegó el lunes, no había remedio, el tiempo pasaba inexorable. Venas, arterias, corazón, saludos al monstruo. Y el monstruo me saludó, me impuso su fuerza y volvimos al silencio. Una vez más la lucha se iba a disputar. Me acerqué sigiloso, empequeñecido, febril, metí la mano. Apareció la rotativa:



EMPLEADO DE IMPRENTA MUERE DESCUARTIZADO EN UN TRÁGICO ACCIDENTE.










Miguel Hernández


LA MEMORIA


Federico García Lorca


MUERTOS EN EL ARMARIO


¡SALUD Y REPÚBLICA!



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miércoles, 23 de marzo de 2011

ME INYECTAS LA RABIA

...


A veces he notado que me miras,
que me inyectas la rabia
en tus venganzas,
con tu angustia indolente
y tu malicia.




Alexandre Montoya




A veces he notado que me miras,
sucede algunas noches,
te crees que no te veo
y no te veo
pero te crees que no te siento
y te equivocas,
odioso,
me haces daño.

El otro día
me hiciste sangre
en el cuello,
pedazo de alcornoque.




Jaime Valero Perandone


Cuando lavé el camisón,
no salían las manchas
por tu absurda terquedad.

Si hubieras sabido
desnudar mi espalda
y frotarla con la esponja
azul celeste que te tendí
aquel día...


Alexandre Monntoya


Azul de estrellas
y de sueños
que hemos enterrado
para siempre,
que como criatura viva
hemos estrujado en la conciencia,
encerrada en un cuartucho
y escondida,
alimentada de sobras y mendrugos
rebozados
en el aceite del suelo,
mugrientos, requemados
y terribles...

Hemos tratado de olvidarla,
pero a veces cruje y se levanta
y nos araña los ojos
zarandea las entrañas
nos escupe.




Jaime Valero Perandone



No sé, estúpido
cuerpo impostado
pero creo que algo se ha parado
en un momento
y ya no ha vuelto a girar
en su distancia
en la velocidad precisa,
en su latido.



Kazimierz Dzyga



Continuanos sin vida,
acelerados
o demasiado lentos
mientras los cataclismos
se suceden.



Gigino Falconi


Días sísmicos,
tsunamis cósmicos
del odio.


...

martes, 8 de marzo de 2011

NATALÍA TÁRRACO, LA PASIÓN DE LA NARRACIÓN ¡ME ENTREVISTA! Y SE DEJA ENTREVISTAR POR MÍ: UN LUJO PARA VIVIR EN EL OLIMPO


Natália Senmartí, pseudónimo: Tàrraco, es un volcán de sapiencia y de alegría.
Es energía diamantina, que circula por el universo de los siglos, explora las almas a través de los personajes que crea, y nos invita a ser mejores con sus obras. Ella dice que ahora revisaría alguno de sus escritos y le añadiría más “mala sombra”, pero yo no me lo creo porque la conozco y siempre habrá un personaje que abra la puerta franca a la esperanza, sin miedo y con dignidad, sea en la Guerra de Troya, en las polvorientas calles de Roma, en un mirador napolitano, en un chalé de oscuro deseo o en las calles de Túnez. Ella es así, ella lo ve todo, todo lo siente en su alma, todo le duele, todo lo narra, y así se interesó por mí como una fuerza titánica, que devora lo que lee.
Es un privilegio poder entrevistar a esta escritora inmensa como la vida:


Ah, picarona, la Tárraco

ELENA A NATALÍ:


ELENA: Natalí, ese amor al mundo clásico, esa mirada a la Grecia y a la Roma antigua, tan profunda, exhaustiva en su conocimiento… ¿qué significa este mundo clásico en tu vida?

NATALÍ: No es nostalgia, es explicarme a mí misma. El ayer explica el hoy. De aquel mundo clásico venimos y sucede que al olvidarlo, al catalogarlo de prescindible se comete el error de perdernos sin rumbo, sin raíces, sin mitos.
Nos quedamos absurdamente huérfanos a merced de los efectos especiales.


Seth Garland




ELENA: Tú eres narradora de corazón. Todo lo que contemplas se te vuelve historias, cuento, novela… ¿No es agotador ese trabajo ingente de contar tantas vidas, de animar a los personajes? ¿Por qué lo necesitas tanto?

NATALÍ: Para nada es agotador. Basta sentarse en un banco de cualquier jardín y ver pasar la gente. Ahí están los personajes, situarlos en tiempo pasado, es un capricho, pero no somos tan distintos, en el fondo. Otra cosa es envolverlos de la atmósfera que los haga creíbles en todo detalle, lo que se cita
como labor de documentación, tarea agotadora y apasionante, gracias a la cual, de pasada, he aprendido infinidad de cosas sobre botánica, geografía,dietas, vestimentas, navegación... muy enriquecedor. La curiosidad, creo, es el motor esencial y la escritura se nutre de cierto voyeurismo para interiorizarlo lanzándole a la época que sea.
ELENA:
¿Qué escritores consideras que te han influido con más pasión?

NATALÍ: Me han influido Delibes, Borges, Amin Maalouf, Torrente Ballester, Boccaccio, Grass, la Pardo Bazán, Marsé, Poe...uf, tantos otros. Responden a una corriente, a un estilo, a un lugar, a un tiempo, pero sería largo de explicar sus concretas influencias en mi camino como lectora.

ELENA: Agatha Christie, la novela de crímenes y policíaca, ¿muy querida por ti hasta llevar a un personaje de la época de Trajano, el apuesto Quinto, a investigador secreto?

NATALÍ: La novela negra ofrece una visión irónica o cruel, directa, sarcástica o despiadada de la sociedad a partir de meter la cabeza dentro, buceando desde los bajos a los altos fondos ¿Nombres? Sin contar a la victoriana Agatha, los clásicos americanos...otros; Graham Green, J. le Carré, Vazquez Montalban, Camillieri, Simenon, Sciascia, Donna León, Márkaris, Mankell, P. Kerr, el matrimonio sueco Sjöwall, Jean Claude Izzo, y por supuesto, Lindsey Davis con su hijito, Marco Didio, detective en época de Vespasiano. Siempre leo novela negra, para saber historia, hay que leerla.

ELENA:Novela histórica, Robert Graves, ¿cómo no? ¿Cuántas veces ha ocupado la mesilla de noche?

NATALÍ: De nuevo me tientas, procuraré ser breve. Primero los clásicos greco-latinos...aún me quedan muchos por leer y jamás dejo de releerlos los leídos, son la fuente esencial. A partir de eso leo o, devoro, cualquier libro de tema histórico que trate desde Troya a las Cruzadas; Graves desde luego,
Vidal, Renault, T. Wilder, Yourcenar, Rosemary Frank Baer, Álvaro Pombo, Sutcliff, hasta los románticos al estilo de Sienkiewicz, o los últimos; Manfredi, Frediani, Scarrow, es ¡el nunca acabar! Mi devoción especial a Amin Maalouf, al cual admiro no únicamente por sus obras del género, lo adoro porque me entra muy adentro, es lo que cuenta, lo de menos es el género, no creo en eso demasiado, aunque sirva para vender y orientar. Quiero citar a la compartida amiga Isabel Barceló, autora de una novela intensísima, emocionante, sobre un mito que se desprende de la Eneida, pero que ella, como autora de ficción, recrea magistral e íntimamente: Dido reina de Cartago.




Portada del extraordinario Dido reina de Cartago de Isabel Barceló


ELENA: ¿En qué otros escritores te recreas sin tregua?

NATALÍ: Ya he abundado demasiado, pero como dice un culinario: todo lo que vuela, corre o nada, a la cazuela de la lectura. Cuidadito, con cierto criterio que no da para tanto la vida pasajera. Te citaré tres que me han sacudido últimamente: “Meridiano de sangre” de Cormack McCarthy, “Los detectives salvajes” de Arturo Bolaño y “Tu rostro mañana” de Javier Marias... En poesía a un autor ya fallecido que conocí en persona de refilón; Josep María Fonollosa “Ciudad del hombre: Nueva York”
Ona Peña (una fantástica ilustradora)



ELENA: La narrativa cinematográfica te es también muy querida. ¿Es un lenguaje diferente a la literatura, o no lo es tanto? ¿Cuándo te conmueves ante las imágenes?
¿Te imaginas a Quinto o a otros familiares tuyos de la letra en la pantalla?

NATALÍ: De hecho al escribir “filmo” planos secuencia, panorámicos, picados y contrapicados, a cámara lenta, traveling o flashback, visiono y pongo palabras. Crecí viendo cine, significa mi lenguaje traducido en palabras. Me imagino a Quinto, lo he imaginado en pantalla, letra por letra.

ELENA: Hay momentos intensamente líricos en medio de la narración. ¿Qué suponen esos momentos de calma, de parada en el trajín de la vida de la obra? ¿Cómo vives la poesía?

NATALÍ: La poesía es la forma más sucinta y complicada de explicar ideas, síntesis absoluta de la belleza y el dolor. No me veo capacitada, estoy a años luz de ti. Pero sin querer se escapa un cierto lirismo en un capítulo dado, o a postas, por probar, me tienta, me fascina para inventar atmósferas. Hay que lanzarse, hay que ejercitarse y nada como una gota de poesía apañadilla, por
más que se lea, pardilla ¡Dioses, no cuela el intento de rima!


Andy Short



ELENA: Quinto es el personaje protagonista de una extraordinaria novela que hemos podido disfrutar a su vez por entregas en tu blog. Te has arriesgado a proponer una lectura fuera de la linealidad cronológica, extrayendo fragmentos especiales.
Esta experiencia, ¿te ha permitido observar de otra manera tu propia narración?

NATALÍ: Increíble. En los temas propuestos los Sábados y los Jueves entre amigos y amigas bloggueros quise, por juego, retarme a escribir acatando cada ocurrencia, me las vi cuando el asunto era nevera, por poner un ejemplo, ya que Quinto vivió cuando Trajano. Pero le cogí el trunquillo y poco a poco me adapté trazando un esbozo de novela, que luego, igual que un puzzle, armé, rellené, ordené. Todo estaba sin orden ni concierto y después quedó algo, más o menos, inteligible. Nunca les agradeceré, como se merecen, a mis amigos blogueros, porque sin saberlo del todo, me ofrecieron esa oportunidad que además, pacientes, compartieron, Quinto les pertenece. Elena, opino que escribir supone plantearse desafíos, sufres mucho, lo sabes, pero aprendes y disfrutas cual abeja libando mil flores apetitosas. Hilar un relato puede hacerse utilizando telas y agujas muy diversas, soy como Penélope, paciente, bordando y desbordando, no quiero apalancarme, de momento.


Ekaterina Panikanova


ELENA: La paz de Troya, Quinto, son novelas con personajes variopintos, con retrospectivas complejas. El dominio de las técnicas narrativas suponen sin duda un mecanismo de relojería. ¿Cómo lo construyes? ¿Debes “dibujar” el esqueleto de la historia antes de rellenarlo con los personajes y sus historias?

NATALÍ: Tengo el armazón del argumento en la cabeza, y a partir de aquí, me lanzo al vacío sin red. Sobre la marcha escribo, lo mismo que si me dictara yo misma al oído, incluidos los personajes que a veces me protestan. Nacen momentos al vuelo y surgen paisajes en la vista, eso del cine que dije. Antes de empezar se que voy a escribir sobre algo que necesito expulsar, cada historia es como borrón y cuenta nueva. Tengo la sensación de saldar deudas o de liberarme de un peso en cada novela. Ni Musas ni inspiraciones luminosas, currarse cada letra, investigar, corregir y ser rigurosa en el empeño, disciplinada. ¿Qué te voy a decir que no sepas sobre eso de poner letras?



Natàlia Tàrraco, con Ferran y conmigo, observando el panorama, ¿qué estará pensando?


ELENA: Los personajes protagonistas de tus novelas, se enseñorean en su dignidad, a la que no son capaces de renunciar ni aun en los momentos más apurados, diríamos incorruptibles. Son héroes antiguos en la época moderna. ¿Tienes realmente una mirada optimista hacia el ser humano? ¿Tus personajes te han ayudado a salvaguardarla?

NATALÍ: Una de dos, o pesimista u optimista, hoy impera lo primero. Yo diría que cierta ironía no hace daño a la hora de contemplar lo que somos. Mis jóvenes protagonistas no son héroes, son como los chicos o chicas de hoy, con sus cosas, como los de Egipto o Túnez ahora, como tantos otros. Creo en la juventud o estamos perdidos, ese es el motivo de que mis protagonistas sean tan jóvenes, sin mochillas ni resquemores, sin pesos amargos. Inseguros, dudando, nítidos e inocentes, así los invento. Frecuentemente el adulto se olvida de que fue joven, se pone melancólico, cuenta batallitas y “visiona” el futuro con tintes negros, cuando el futuro es de los jóvenes. Algunos caen en lo cómodo, en lo fácil, en ir tirando, consumismo, pasotismo y botellón. Ese mensaje sale de los medios, de las familias, de la educación que no funciona. El espíritu de controversia y la duda, no tendrían que abandonarnos nunca. ¡Voto a Venus! Menudo discurso he soltado.


Ona Peña (de casta le viene al galgo)

ELENA: El papel de los dioses no anula el libre albedrío de tu personajes, creo yo. Pero te explayas en conseguir un universo mítico, cuasi místico. Maya es la diosa inmensa que envuelve con sus hilos a los personajes y los hace confluir en el tiempo, alegando que la cronología humana es una falacia. ¿Cómo contemplas el universo sobrenatural?
Otras veces los héroes clásicos se van a pasear al callejón del gato de Valle-Inclán, (por cierto seguimos por un rato la ruta de Max Estrella, ¿te acuerdas?) ¿Estaríamos quizás ante una suerte de Novela histórica expresionista en determinados momentos?

NATALÍ: Me acuerdo, en Madrid, callejón del gato, inolvidable paseo.
Por partes. Maya es la Natura, diosa Madre remota, si la ignoramos no somos. El Mito es necesario para no encontrarnos absolutamente solos en este universo inaprensible, no lo explican, juegan a hacerlo soportable y siempre somos algo niños. Creo en la leyenda o la invento, creo en la necesidad
de lo onírico, ayudan; los sueños. Pero luego aterrizo y no creo en la idea sobrenatural que nos ha estigmatizado y amargado con nefastas leyendas. A mis protagonistas les sucede lo mismo, les gustan los cuentos, aunque mañana se levantan y dan la cara como pueden. Maya existe, penetra la realidad,
Maya escapa a lo mesurable, y sin embargo, se percibe ¿interviene?

Huyo de etiquetas, encorsetan. No me interesa ser histórico expresionista o histórico realista. Ni idea, me pongo a escribir y cuando se acaba una novela, es del lector o la lectora. Madre desnaturalizada, abandono al neonato ante los ojos ajenos y me importa que disfruten, es lo vital. Escribo para huir del
tedio, del pesimismo, por gusto, sobretodo para comunicarme, luego cada cual interprete a su modo, porque las miradas son distintas. A veces enriquecen a tal punto lo que he escrito, que me pasmo y me alegro, es tu caso. Elena, ves más que yo en mis letras.

Ivan Parhomenko Viktorovich


ELENA: El Arte, ante todo el Arte. Relatos, crónicas, reseñas, novelas… pero también pinturas, y muy hermosas. ¿Dominas bien la pasión de la vida que anida en tu interior? ¿Hay momentos de vértigo con una actividad tan frenética? ¿Una necesidad? ¿Un modo de vida?

NATALÍ: Dibujo, capto fotografías, me dedico al arte ¡vaya con la pedantería! Doy clases de eso y al final una se obsesiona, se me trastoca el cerebro de hablar cada día sobre estética o lo que sea. La belleza es importante en la vida, pero existen tantas bellezas que resulta imposible describirlas. El concepto es falso, es unilateral desde el tópico. Tampoco voy a disertar sobre tema tan complejo. Pero existe el vértigo como dices, la pasión, la desmesura, la entrega y persecución, a la búsqueda enfermiza de esa idea. He escogido, por suerte he podido, es mi sustento, me gusta mi trabajo. De tanto en cuando contemplo la luna o nado cincuenta metros a mar abierta. ¿Vértigo, actividad frenética, carpe diem? Ni tanto ni tan calvo, detesto el discurso pretencioso.

Gracias por ser. Un gran abrazo, musa.

No las merezco, me he pasado tres pueblos por tu culpa, maga que tiras de mi lengua, y llego a la conclusión de que mis cosillas ¿a quién importan? sin embargo, pilla, aquí constan.
Elena, me siento a gusto contigo, siempre, amiga, poeta, según ha quedado diáfano en la tortura a la que te he sometido. Elena, no tardemos en vernos y abrazarnos, que sea pronto, lo quieran los dioses y diosas.



Ona Peña



NATALÍ A ELENA

Elena Pascual y yo somos amigas, no hace falta explicar la palabra, pero sí las circunstancias de esa maravilla.
Lo somos por miradas, por complicidades tan amplias que se nos acaban las palabras. Somos amigas de paseo, de comer sabroso, de músicas, de leer y depelículas, de escribir, somos amigas del Mito que nos explica, amigas por gustoganas y placer, amigas que no necesitan contacto diario, amigas en la distancia y cerca, amigas con las manos tendidas, siempre.
El tesoro más preciado, aquel sin excusas ni malentendidos que no puedan solventarse, la joya inapreciable del aliento constante, del apoyo, del cariño.
A partir de esa amistad se nos ocurrió plasmarla por juego, por divertimento, en una entrevista mezclada a cuatro manos a dos voces. Tal vez no os interese, quizás os parezca una futilidad, comprensible, pero ella y yo quisimos un buen día, darla a conocer, es un homenaje a ese sentimiento que compartimos y que seguro, que compartís con alguien o con muchos.
Elena, de dulcísima y acogedora mirada, empiezo yo la entrevista:

NATALÍ: Nos conocimos por voluntad propia en Madrid, y resultó, fue un acierto. Dime ¿qué sentiste luego de esa cena entre cuatro recién conocidos?

ELENA: Sentí que no soy un bicho raro, que los encuentros habituales en los blogs son los que me dan la vida, los que me entienden, los que mejor meconocen. Amigos, hechos carne y hueso son los mismos que conocía en su alma. Tranquilidad máxima, encuentro místico.

NATALÍ: Elena Pascual ¿por qué Clásica?
ELENA: Amo a los clásicos con todo mi corazón, a los griegos y a los latinos. En su lectura se queda una parte de mí, me entrego a sus letras con amor y voluptuosidad. Mi nombre me incluye entre los personajes de Homero, ah, me faltaba la “h”, y ese es mi camino hacia la actualidad y las vanguardias,
a las que también amo: he aquí mi guiño. Mi adorado Antonio Martín Ortiz, uno de mis primeros amigos en este mundo, me preguntó por la ausencia de una “h” etimológica en mi nombre, la “h” que yo le brindo a la actualidad, la asumo en mi calificativo: “Clásica”. Mil veces “Clásica”, ello me hace amar la modernidad.
NATALÍ: Tu poesía es de una intensidad casi dolorosa en el lenguaje, cada palabra un enigma lleno de resonancias, el ritmo meditado, los espacios buscados ¿De qué forma surge el poema?

ELENA: ¡Gracias! Soy una persona vehemente y apasionada en mis dolores y en mis éxtasis. No conozco el término medio, me duele la vida y me duelo en las palabras. Mis creaciones nunca son meditadas, surgen tan anárquicas como mis sentimientos, mi alma llora inconsolable o ríe unida al universo, procuro transformar mis abismos en Poesía.
Si me volveré loca, como no lo haga más a menudo.

Ivan Parhomenko Viktorovich


NATALÍ: Las imágenes en tus poemas forman espacios, sensualidad, sueños mágicos y fascinantes. ¿Qué proceso sigues al incluirlas en la entrada?

ELENA: Cuando tengo un poema preparado, busco imágenes con las que me siento identificada en el sentir. Gracias a tantos artistas gigantes.

NATALÍ:Realidad del entorno que colocas con unas pocas palabras, evocaciones oníricas, referencias míticas, un guiño de mujer muy culta pero sin alardes, se nota que llevas un poso cultural extensísimo. Todo eso envuelve tus poemas que descienden como peldaños y suben y bajan y nunca tienen una
salida clara. ¿Nos envías un mensaje o más bien nos propones la duda?

ELENA: Grito, grito como posesa, los personajes que conozco desde Homero la actualidad me agarran de la mano, cómplices, a ellos acudo. A mis amigos: vosotros, que atendéis a tanto despropósito, sois mi mundo, el mejor, el que meconoce y me consuela, os envío un mensaje, no lo dudes.

NATALÍ: La mujer siempre presente. Queja, martirologio, protesta, grito, feminismo encubierto… ¿tal vez me equivoco? ¿Y qué papel juega el hombre?

ELENA: Me siento frágil, martirizada en mi emotividad patológica, vulnerable como una cometa que llora. Mi vida emocional difícilmente encuentra el ancla, pasiones dolorosas me gritan al oído y yo apuñalo las letras para mostrarlo.

El hombre... quiero que entienda mis delirios, lo imagino receptor, y le arrojo mis vísceras.
Ivan Parhomenko Viktorovich

NATALÍ: Te dedicas a la enseñanza, el panorama en lo referente a las Letras en los programas educativos está en franco retroceso.
ELENA: Desgraciadamente nada puedo añadir a tu comentario, lo suscribo,
no hay más. Mi alma llora a diario. No me siento culpable, pero tal es el contexto que me rodea, ello me abruma dolorosamente, me queda brindar mi pasión, y lo hago.

NATALÍ:Nos dejas demasiado tiempo huérfanos de tu intenso universo. ¿Culpa de…? Háblame de tus autores, afinidades, influencias, formas y modos, estilos que te han dejado mella.

ELENA: Un día de estos me voy a sumergir en mis pozos sin fondo, más me vale volcarlos en la palabra más a menudo. Todos vosotros, mis amigos, artistas por encima de todo, me lo estáis enseñando. Me lo debo a mi misma, procuraré ser más constante. La primera vez que leí La Iliada, la belleza me sacudió hasta el éxtasis. Amo la poesía por encima de todo, a todos los poetas. Pero si alguien forma parte de mi vida es José Martí, vehemencia emocional y magia del misterio, unidas,
compromiso con los seres humanos, no me canso.

Contemplo la vida desde la Literatura, agujero de gusano que une el ayer y el hoy: en las Letras no existe el Tiempo... Ovidio, los trovadores, la Generación del 27, Mario Benedetti susurran al mismo ritmo. Los amo. Y amo a todos los creadores actuales, a mi gente “bloggera”: todas vuestras lecturas, os considero geniales. Es un privilegio leeros y teneros tan cerca. Mil veces gracias, gracias.

NATALÍ:Considero a la poesía el más difícil arte al poner letras. Exprimir, condensar, emocionar, plasmar imágenes, y saber decir lo que sientes sin florituras incomprensibles, sin criptogramas, sin adjetivos superfluos ni pedantería. El lenguaje como experiencia, ¿un camino doloroso?

ELENA: ¡Ah! Mi corazón grita, mi alma está resquebraja. Bendita seas poesía. Bendita seas. Doloroso hasta sangrar y hasta dejar de sangrar.


Anita De soto



NATALÍ: Me admira tu capacidad para sumergirte en lo que otros escriben, por ejemplo, en mi caso. Llegas a sorprenderme con tus comentarios, viendo cosas más allá de lo que he escrito, pues visionas, exploras, enriqueces, con una sinceridad incuestionable. Elena, nunca pude esperar ni soñar, una lectora como tú. ¿Qué sientes ante lo que dicen otros de tu obra?

ELENA: Que te quiero por decirme esto, a ti y a mi gente. Gracias por todo lo que me ofrecéis, compartís y por dejarme entrar en vuestra vida desde vuestra alma, ¡pura vida! Me siento empática, Dios o el Demonio no me han llamado por el camino del orden, el método, la jerarquía, ¡válgame la intuición! Ella es mía, me siento bruja a veces, mis ojos se abren ante las creaciones y creo ver
en “el más allá”, ya que para “el más acá” no estoy muy dotada.
PERO, AHORA, DIME, ¿qué constelación me sonreía para que tú y todoslos amigos os hayáis fijado en mí y queráis compartir “vuestro mejor yo”conmigo?
Os amo. Gracias por ser.

Ferran, Spok irredento, Natàlia Tàrraco, y una servidora




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