miércoles, 30 de septiembre de 2009

Poema del olvido

Gage Opdenbrouw




Poema del olvido

Es prioritario olvidarlo todo,
olvidar la misma lectura de Cortázar,
olvidar a Polanski,
el Dakota, a Mr.X
olvidar a Buñuel,
así reza una película suya, ¿no?
olvidar tus aciertos,
¡qué gracia!
olvidar tus errores,
-mejor-,
olvidar tus sonrisas,
pues anda que tu crueldad...




ALAN MACDONALD



Olvidar tus manías,
olvidar los paraguas
negros en una tarde mística.
Olvidar los sueños: los sueños todos,
olvidar el azar: olvidarlo también.

Olvidar la magia, sí, sí, olvidarla,
y ni resto de poemas:
fuera los polacos que conmueven,
los salvadoreños que sacuden,
fuera para siempre los suicidas,
ni hablar de la Pizarnik,
ni saber de la Peri Rossi,
ni asomarse el de Cuenca.




Carrie Ann Baade



Olvidar que un día te inventaste
mermelada en la comisura de mis labios y la saboreaste.

Olvidar que protegías mis medias
de las nubes y las apartabas de la lluvia.

Olvidar las trazas de las líneas
que decoran tu cuerpo y te dejan plasmado en carboncillo.

Olvidar mi sujetador en el tendedero
cuando lo recogías.

Olvidar mil veces que la luna sonreía.

Olvidar, por Dios, el placer en tu rostro.

Olvidar, ¡por caridad!
la música de Schubert sobre el volcán.

Olvidar, ¡sí, carajo!
quién era Simone Choule
y quién Rosemary
y quién era la maga
y Rocamadour, y Mimi y Carol,

¡basta,
prioritario olvidar,
ya basta!

Y entonces: olvidar,
hasta la misma entraña
hasta el hueso del olvido.



Van Oostzanen



Olvidarlo todo, olvidarlo otra vez y otra
y olvidarlo otra,

y morir de olvido, y morir de
traza y morir de cuerpo y morir de sonrisa
y morir de carboncillo y de carbunclo y de medias
y de perfumes y labios,
y morir de lluvia.

Y cuando haya muerto de olvido
que el olvido ya no viva más,
que ya no viva más...

Firmado: Elena Pascual




Rebecca Campbell


31 comentarios:

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Hermoso tu poema. La consunción de uno mismo en el propio olvido, y olvidarse para morirse en uno mismo, o al revés, Elena, morirse para olvidarse.

Me gusta la sensación de todas las huellas percibidas, de las imprimaciones que la vida deja en la memoria.

Sin embargo, tú sabes y yo sé, que olvidarse hasta la propia muerte, en vida... es imposible.

Y en esto, para mí, radica la hermosura de tus versos.

Un beso.

Soledad.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y qué cierto es que debemos olvidarlo todo, hasta nuestra propia existencia: es nuestro camino individual, no hay otro.

Andrea dijo...

Cuantas veces nos asalta el sufrimiento cuando nos vienen a la mente recuerdos hermosos que ya no podremos volver a revivir.

Por no decir de los malos recuerdos... que sensacion tan liberadora la del olvido!, siempre que olvidemos que cada vez que olvidamos estamos borrando nuestra propia existencia...

Muy interesante y reflexivo poema. Fantásticos los ultimos versos.

Un abrazo Elena.

helena dijo...

Como el rostro desdibujado de Opdenbrouw, así nuestra memoria se desdibuja de nuestra mente, porque, a lo largo de nuestra vida, olvidamos lo que queremos y hasta lo que no queremos.
Creo que es uno de tus mejores poemas. Un fuerte abrazo, elena.

Lozzano dijo...

Hay recuerdos que matan, poco a poco y olvidos que te dan vida.
Un poema precioso que sin duda obliga a reflexionar.


"Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido."
Luis Cernuda
Donde habite el olvido

Besazos.

Odel dijo...

Precioso poema y muy bien acompañado por los cuadros

calamanda dijo...

Es un poema precioso.

¿Es posible olvidar?...

Has despertado mi interés por
Rebecca Campbell.

Muy bonita la música que has elegido...

Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Anda, anda, Elena, vete por ahí, qué hago en esta página, leyendo este Poema del olvido a las 8,30 de la tarde, con el día que he tenido, déjame tranquilo, que me has tocado tantos puntos entre la cabeza y las uñas de los pies que seguro que tienes un aparato de esos que te ven por dentro, o unos ojos como los de Ray Milland, o has hecho un cursillo de espeleología del alma, yo qué sé, que no se puede escribir así, leches, que te pilla de costadillo y no levantas cabeza, que te llega tan dentro que no puedes dejar de leerlo, y otra vez, y otra vez, qué sensibilidad, qué ironía, qué verdad, que manera de dejarlo ahí, como si nada, en un blog, ya ves tú, sin publicidad, sin hacer su lectura obligatoria, dejando nombres y guiños, emociones, renuncias, sarcasmo, ternura, una mano tendida, una puerta cerrada, pasión, ternura, ese erotismo, una ventana a un paisaje donde puede pasar de todo menos un regreso, tanta, tanta pasión, la vida, retazos, apuntes, sugerencias, no hace falta más, se sabe, se ve, se siente, te entra dentro, oye, Elena, yo ¿qué te he hecho? si solo he pasado para devolver tu visita y me he quedado atrapado en este primer poema que te he leído, y ahora la música, para colmo, hala, me voy (es mentira, lo he vuelto a leer), puff, hay días…

Extraordinario poema, un lujo, muchas gracias.

 Mayte dijo...

Hay tanta realidad que me sacudes el punto entre mi conciencia cinica y la niña más enamorada que llevo dentro...Elena, tu sabes que lo tuyo raya en la indencencia total del arte.

Eres mi reina poética niña.

Bikos mil!

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

COMENTARIO PRIMERO
(Lo que significa que se está gestando el otro, el segundo)

Mi querida Elena, Ἑλένη,

Mi doy un paseo por tu espacio, para satisfacer mis percepciones. y me encuentro con un profundo poema, poema que me invita a olvidarme de…. ¿de qué?

De los escritores que me han influenciado,
de los errores que he cometido, que son muchos,
de mis sonrisas, ¡mira que eso es difícil!,
de mi crueldad: aquí no hay problema, no la conozco,

de los sueños, de la magia, de quienes no leo.

También de lo que no quisiera:
de tus labios,
de tus medias,
de la nubes y las lluvias,
de tu sujetador …
y ¿qué falta te hace, si ellos, tus senos, se sujetan solos, orgullosos, altivos y… sensuales?,
de tus sonrisas, ¡eso sí que no!

Y toda una retahíla de gente que me hicieron pasar ratos agradables,
y de esas pinturas que adornan el poema:
la muñeca, como si fuese un simulacro de mujer,
la que, rodeada de serpientes, parece una Furia de Virgilio o una Euménide de Esquilo,
la que, mostrando su desnudez, es la que más me atrae,
y la que, también desnuda, se ha dado la vuelta,
viéndolo todo al revés.

Voy a experimentar, voy a despejarme de todo lo que me ata, y ya veremos cómo despierto mañana. Me temo, o me alegro, de que me puede pasar lo que al ave Fénix.

Tampoco me quiero olvidar de mi costumbre de enviarte…

un beso gigantesco y un abrazo eterno.

Antonio

ALBINO dijo...

Esoy de acuerdo un poema, pero le pondría una coletilla.
Olvidar todo, para volver a crear, para, partiendo de cero, hacer cosas nuevas, tener nuevos pensamientos, vivir nuevos amores.
Olvidar para vivir.
Un beso

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

COMENTARIO SEGUNDO

I)
Amiga Elena, Ἑλένη,

Me voy a tu espacio y leo tu poema, excelente poema, y no lo leo setenta veces siete, porque eso sería Bíblico, y ya se sabe, lo Bíblico me da miedo, con ese Dios omnipresente y sobretodo omnividente, con ese ojo que todo lo ve, aunque el ojo de Dios sea único, y ya no sean los cien ojos que pone Ovidio en el cuerpo de Argos, decía yo, no lo leo setenta veces siete, pero sí siete veces, porque siete son los días de la semana, siete veces cuatro es lo que dura un fenómeno típica y exclusivamente femenino, lo mismo que el ciclo de la Luna, siete son los montes que rodeaban nuestra antigua Roma, y siete también son las puertas de Tebas, y los héroes que la atacaron, como siete lo fueron los que la defendieron, site son las Tragedias que podemos leer de Sófocles, y siete las de Esquilo, encontrándose “Los Siete Contra Tebas” entre ellas.

Me voy a dormir con la mente en blanco, con el olvido que se ha apoderado de mí, y, ¡oh maravilla!, me levanto a la mañana siguiente, que es hoy, y en mis pensamientos nacen dudas, dudas del sentido de mi olvido, dudas que son como rebrotes de pensamientos que ya existieron, de pensamientos que se van fortaleciendo. Es que se me quedó clavada la imagen del movimiento, imagen que tan soberbiamente ya defendieron nuestros Clásicos, algunos, claro.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

II)

Quisiera,
pero me es imposible.
A lo mejor es que no quiero,
o no puedo.

¿Qué pasa con tus manías?
Mi paraguas y la lluvia,
la mística presencia,
mis sueños, y los tuyos
los nuestros:
¿Fueron sólo puro azar,
o van a ser reales?
¿Tanto como lo fueron,
o lo son,
quienes nos rodean,
los que no son.
porque son diferentes,
o porque eligieron lo otro?

Y ¿por qué olvidar
esa tarde que pasé contigo?

Tú,
con tus labios sensuales,
granates e insinuantes,
con tus medias transparentes,
¡qué hermosura!
¡Qué oportuna esa lluvia,
que nos obligaba
a mezclarnos!

Tú,
con ese cuerpo, el tuyo,
que siempre superaba
a todas las pinturas.

Tú,
con ese sujetador,
que yo imaginaba en tu cuerpo,
pieza innecesaria,
porque nada tenía que sujetar:
tus senos altivos
me miraban de frente,
y se mantenían erectos,
no sé si insinuantes
o amenazantes...

Y esas noches,
pasadas contigo,
bajo el resplandor
de la luna traicionera.

Tú,
con la sonrisa en el rostro,
al son de una música celestial,
las palabras titubeantes
que salían de tus labios…
y de los míos.

Y todos esos nombres
de gente importante,
que ya no lo eran,
porque tú lo eras todo,
y lo sigues siendo.

Me pareció por un momento,
que todo estaba al revés,
o casi todo,
porque la mujer
de Van Oostzanen
parece real:
ésa eres tú.
Y la de Rebecca Campbell,
también es real,
pero no eres tú,
porque está al revés.

Y es que yo
no quiero olvidar,
ni mucho menos olvidarte a ti,
porque tú estás dentro de mí,
y yo, sin ti,
ya no soy yo.

En ese caso,
sería otro,
y yo quiero seguir
siendo yo,
pero contigo.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena, Ἑλένη, tu poema es exuberante de ideas, porque da mucho que pensar, es la condensación de todo, es la semilla que se reproduce y, con la lectura de tu poema, como si de un ave Fénix se tratase, uno sale fortalecido, recuperado, fortalecido, con aires nuevos y frescos.

Un beso gigante y enhorabuena,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Me corrijo a mí mismo.

En mi COMENTARIO SEGUUNDO I)
donde dije:

"site son las Tragedias que podemos leer de Sófocles"

como puede suponer todo el mundo, quise decir:

"siete son las Tragedias que podemos
leer de Sófocles"

Isabel Barceló Chico dijo...

Maravilloso poema, elena, donde ese reclamo del olvido repasa todo aquello que nos importa, clama por no olvidarlo de la lista de cosas que deben ser olvidadas, porque nos importan. Un olvido preñado de memoria. Un abrazo muy fuerte.

Jmdeum dijo...

Me ha gustado mucho tu poema. Considero que está muy bien escrito y además está inspirado. El tono trágico no tiene que ver con la belleza literaria. ¿Por qué te has puesto tan trágica, mujer?
Saludos cordiales.

Cris dijo...

LLegué a tu blog por primera vez y leí algunos de tus poemas sorprendida. Muy bellos. Sequiré visitandote. Un saludo cariñoso

Danube S. dijo...

Extraordinario!! Este poema es buenisimo Elena (supongo que las ilustraciones iran perfectas pero no las he visto, solo habia ojos para leer tu poema).

Que si, que hay que olvidarlo todo, ya lo decia Ezra Pound, y lo dice Elena Pascual, rotunda poetisa!!

Un besazo emocionaO
CLsT

virgi dijo...

¡Impresionante!
Sólo nos queda olvidar el olvido.
Y volver a empezar, porque nunca aprendemos, a pesar de tantas cicatrices.


(MacDonald, genial)

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Y resulta que cuanto más olvidamos o nos empeñamos en ello, más tozudo es el olvido y y se aparece en forma de recuerdo... es un traidor, nos tienta y luego se va... y no somos capaces de retenerlo.

Y si alguna vez viene a visitarnos, ya no lo recordamos.. es el olvido.

Un abrazo querida y te felicito por este pedazo de poema visceral y demoledor.

Carla Tormenta dijo...

Si olvidas a Cortázar, apaga y vámonos.

¿Tu quieres olvidar?

Y morir de carboncillo, pero mujer que cosas dices, y morir de lluvia, si sabes que eso me hace a mí renacer.

Bueno, pues olvídate de todo que yo me voy a recoger el sujetador al tendedero.




Muy bonito poema Super-Elena

Loli Martinez dijo...

Hola Elena , tus palabras me han hipnotizado , me han sacudido los pensamientos y más que olvidar me han hecho revivir .
Una maravilla de poema que no precisamente es para olvidar sino para mantenerlo cerca y leerlo y leerlo .Las obras que acompañan son auténticas maravillas .Felicidades .
Un besazo amiga .

 Mayte dijo...

Que inicie bonita la semana Elena...y que tus letras no falten...para llevarla mejor!

Bikiños bonita :D

Trini Reina dijo...

Sólo así se olvida. El día que morimos de olvido.
¡Qué tristeza! ¡Qué magnifico poema! ¡Qué belleza la de tu casa!

Besos

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena,

Te he dejado esta tarde un comentario, pero, en lugar de hacerlo aquí, lo he hecho en EL EXTRAÑO CASO DE MR.MACAULIGAN. Supongo que te llegará igualmente. Aprovecho la oportunidad para darte las buenas noches y enviarte un beso de los que no se olvidan.

Antonio

GUILLE dijo...

Que eres maravillosa,poco te ha leido pero esta noche, es noche de ensueño, me recuerda algo que leí hace tiempo que dice más o menos asi: Tus escritos son como la brisa embalsamada del Céfiro, pradera esmaltada de flores, jubiloso pajarillo que canta melodiosamente a través de tu pluma, fecundando la tierra y dando a su vez flores y frutos.
En ti no hay tristeza, ni odio, ni envidia, en tu poesia no hay males que aflijan el alma. Tu escrito es sublime.Saludos Proserpina.

Daniela Poch dijo...

¡Hola Elena! Aún no domino del todo este mundo bloggero, pero he entrado en tu blog y me ha dejado prendada, me ha cogido y no me suelta, me ha dejado adicta a tus palabras que forman versos, a tus versos que construyen poemas maravillosos. Gracias por regalar al mundo estas preciosas y delicadas creaciones que son tuyas y son tú a la vez. Te mando un abrazo y un profundo agradecimiento por este buen momento que me has hecho pasar en la lectura de El poema del olvido.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena Pascual, Elena Clásica, Ἑλένη,

Te dejo aquí, en tu bien cuidado espacio, para mayor comodidad tuya, el comentario que te he dejado en el mío, a propósito del comentario que dedicaste al uso que hicimos Soledad y yo de tu "POEMA DEL OLVIDO":

Tú escribes como los ángeles y flotas como las estrellas del firmamento. Cuando leo tu comentario y tu agradecimiento, soy yo el que queda como meciéndose en una nube de magia y de bienestar, porque, realmente, eres tú la que tienes la inspiración, y yo, lo único que hice fue glosar esas palabras tuyas, que tan bien sonaban, preñadas todas de profundo significado. Aquí la que lleva la voz cantante eres tú: yo soy un acólito que aprende de ti, y se inspira en lo que tú nos regalas a todos. Sigue siendo la que eres, que eres un tesoro y una joya.

Recibe un beso gigante,

Antonio

GUILLE dijo...

Buenas noches Helena, tenía una poesia guardada de un escritor chileno,y creo que está dentro de tu estilo espero que te guste. Un abrazo Proserpina.


Sólo a ti
I
Sólo bastaría tu mano entre mis cejas,
la yema de tus dedos,
el aire de tu cuerpo.
Sólo alguna gota de sangre tuya,
enhiesta
y fértil como el sol,
aguda en una noche
para morir en paz
oyendo su coraje,
su vuelo, su ventura,
su pálpito extenuado.
Sólo un gesto ciego
o mudo de tus ojos.
Sólo ese silencio de cielo sin albor.
II
Una nube pasa
entre los dos
y pasa
en el lugar más triste
y lejano de la tierra.
Cae una tormenta de pájaros
o truenos
y no es aquí o allá
o en el espejo ciego.
Nada nos invade
en nuestro amor de plata.
Nada en este mundo
ni en otros verdaderos.
Una nube pasa
inquieta por su sombra
fugaz, anochecida,
lluviosa entre los dos.
III
El eco de tu voz.
El eco de tu voz.
La huella ya lejana
de tus palabras muertas.
El aire de los días
y el humo de las horas:
Nada es suficiente en esta inquieta paz.
IV
Muerdo tu mirada
y el sol que te destella,
muerdo el ágil beso
del viento y de este mar.
Bebo de tu sombra,
en tu silueta crezco
y entero me desierto,
me agrieto, me desangro
por una sola voz,
por una sola voz,
celosamente hundida,
por siempre prisionera
en este calabozo
ahogado en mí pesar.
V
Sueño y hasta canto
y hablo y no despierto.
Sueño en una noche
de viento adormecido.
Oigo aquellos pasos
entre las tres y el alba
.(Eres la presencia,
el don de la alegría).
Sueñ o en esa voz.
En ese mar cabalgo A. MORALES

GRANADA VIDA SANA dijo...

OLVIDAR QUE CADA DIA TE QUIERO OLVIDAR
OLVIDAR QUE YA ESTOY MUERTO EN ESTE OLVIDO
OLVIDARME DE OLVIDAR
Y PASAR A ESTAR VIVO

BELLISIMO TU POEMA ELENA, SE ME HA AGARRAO DENTRO Y NO ME DEJA YA..
KISSITO BELLA