jueves, 25 de marzo de 2010

BAJO EL SIGNO DE POMPEYA

DEDICADO CON MUCHO CARIÑO A CARMENSABES, PUES ELLA ME PRESENTÓ A FABIO MORÁBITO, UN GRAN POETA ALEJANDRINO, DE PADRES ITALIANOS, QUE PASÓ SU INFANCIA EN MILÁN Y ACTUALMENTE ESTÁ AFINCADO EN MÉXICO.






¡GRACIAS, CARMENSABES!





Llegaba del anfiteatro

la música de Schubert:

era el Lied de los Nachtingallen,

que significa “ruiseñor” en alemán,

aunque eso tú no lo sabes

y probablemente no llegues

a saberlo nunca.

 


No te lo pude explicar

aquel día hirviente

del mes atroz

de 2009,

porque preferiste hacerte fotos

de  turista trasnochado,

mientras mi mirada se cruzaba

con la del hombre cadáver.



 

No me miraste a los ojos

en aquel anfiteatro

donde habrías representado

el mejor Plauto,

Miles gloriosus del siglo XXI,

para salir retratado

en tu Facebook

de dominguero tarado,

que apuesta

quién será el próximo

ganador de Gran Hermano.


 

No, no los viste:

 el corro

de enfangados

y empolvados.

Y no llegarás

a  verlos nunca.

 


¡Qué coincidencia

que el aniversario

fuera aquel día

en que te pedí

que ascendiéramos

a la ruinas!

Embargada por la emoción

te hablé de Fabio Morábito

y sin entender el nombre

me pediste que te enmarcara

entre columnas,

y se me saltaron las lágrimas

porque no soportaba

las fotos de postal

ante las ruinas.

 


Qué gañán eres,

mi detestado roedor

dientes pequeños,

pues no le diste un beso

a la enlavada

que me puso tiritas en

el alma.

 


Finalmente

no te filmé

y la cámara

grabó borrosas

embarradas.

Aquello también

te lo perdiste.


 

24 de agosto de 2009,

después tiempo y  polvo.


                      Pintura de la Villa de los Misterios de Pompeya. Detalle de una flagelada. 

Las fotografías son de Pompeya en ruinas y de la Villa de los Misterios.

24 comentarios:

Unknown dijo...

No quiero ocultar mi asombro ante el poder expresivo de una escritura que no parece querer ostentar ninguna ambición literaria, ajena por completo a los usos y costumbres a las que, como editor, y como lector, estoy tan acostumbrado. No es la primera vez -ni será la última- que me dejas un poco y positivamente acomplejado...No creo que el protagonista de tu poema se de cuenta, por lo demás, de la mujer absorta e inclinada ante lo poco que quedó de aquella gran catástrofe que decidió -después- velar la cámara de la fotografía y dejar palabras como éstas, tan llenas de decepción...

Natàlia Tàrraco dijo...

Fabio, bello nombre, el del poeta. Y ella, atenta al drama y a la vida, a la muerte fotografiada por el Vesubio, luego a base de molde, con la pose, con el miedo, con el último gesto, pasea por Pompeya y se estremece, siente y sueña, lejos de la tópica visita y del encuadre horrendo, del turista, siempre ávido por dejar constancia, en escenarios que no entiende ni ama ¿para qué? estuve allí dirá, señalando la foto Gañán, dice ella, con razón, "no entiendes el "Misterio" de la villa, dionisios, !ave! Ni la via funeraria, ni la fuente en cada esquina o el molino de grano".
Siempre que veo Pompeya, inmediatamente, compro un cuenco de bronce donde Vero, o me paro a tomar un aperitivo, los codos en el mostrador, y en el peristilo del llamado "Fauno" con su imagen, imaginando, detrás, admiro el mosaico de Alejandro y saludo a los esclavos, al amo, hijos e hijas, la calle está cerca, las tiendas "Abundantes", los Foros y el arco de Apolo...me apresuro antes de que no cierren los baños de las Stabianas, horario femenino, que luego me reuno con Eumaquia, donde los tintoreros. Ambas somos de Isis, ni a Vulcano tememos, temerarias.

Elena, amiga, en cada palabra tuya
me presentas la emoción de un chispazo que llevo como respirar.

!Dientes de ratón!, que ni las ratas de la calle del lupanar, tendrían en cuenta.
Allí los amantes, los clientes, con sus posturas, para consulta,
reales, sinceras, directas, me cuentan, me evocan, como tú haces,
una forma de ser que me atrapa.
El poeta con nombre romano, no merece los ojos bastardos del atrevido ignorante.
Elena, soy esa mujer ofendida, furiosas, melancolica...
No tardes tanto en ofrecernos estas delicias, estos pensamientos envueltos en sublime y penetrante belleza, perfumada y doliente.
Bsitos muy cariñosos.
!Ah! gracias por visitarme, necesito tus comentarios, eres la chispa que se acerca a mis dudas y las desvanece para darme ánimos.

Lozzano dijo...

Estoy contigo Elena, odio que lo único que valore cierta ciudadanía cuando está ante algo magnífico sea el figurar, hacerse la foto delante del monumento-YO ESTUVE ALLÍ-.Los capullos/as que en un museo y ante un cuadro se quedan allí pegados mientras charlan en voz alta sobre lo bien que se conserva la Preysler o lo bien que para Casillas o lo que le pasa a la prima Pili, o aquéllos/as que van leyendo los carteles de las obras rápidamente de una a otra, sin mirar, sin ver, sin observar, sin disfrutar. ¿Será para contar lo que supuestamente han visto?.
Besazos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Maravilloso poema, elena, intenso y rabioso - como tantos tuyos - porque la verdad sale a veces del corazón irritado que no tolera la banalidad, ni la indiferencia con que se contemplan los sufrimientos de otros, ni ese estar en el mundo para no se sabe qué. Qué duro sentir, mientras el otro flota en las nonadas, en lo absurdo de vanagloriarse ante otros de haber estado ¿dónde?... Eso es lo de menos, porque el mundo es para ellos, un único escenario en el que representarse a sí mismos y su infinita inanidad. Este personaje se merecía el retrato que le has hecho y que, también, te retrata en el otro extremo a tí. Besos, querida amiga.

Carla Tormenta dijo...

La pasión siempre desbordando el verso, la métrica loca y pervertida acelera la profundidad que contrasta con lo superficial de tantos momentos y sus dueños.
No se atreven a quitarse el collar, no saben quizá.

Hermoso canto despiadado, hiprrealismo constructivo a base de alma flagelada pero libre por fin.

Te admiro, bien lo sabes.

Besos Maestra.

*

Trini Reina dijo...

La verdad, es que hay personas que no merecen pisar según que lugares, porque es como si los mancharan.

No sé, me he imaginado ante tanta grandeza que me ha parecido vanal lo de "las postales"
Cómo si una simple foto pudiese competir con tanta Historia
Si los hay pobres...

Besos

LOURENZO dijo...

Elena belas imagens como sempre!Beijos (Rebelde)

Ar Lor dijo...

Querida amiga Elena
Cuando una chica rompe con un chico en las ruinas de Pompeya porque se ha caído el velo con el que el amor envolvía al ser que amaba hasta ese momento y lo ve desnudo y patético, frente a la grandeza que lo rodea, cuando eso ocurre; cuando de súbito el amor abandona a alguien, ¡cuando eso ocurre! necesitamos al poeta para que nos enseñe cómo es el desamor que se produce en ese momento. Si el amor es veladura, el desamor es claridad. El desdén amoroso está expresado con maestría en este poema, el velo se ha caído en Pompeya, pero el desamor habrá ido in crescendo desde mucho tiempo antes y al final, en una erupción se lleva por delante al "gañán turista" que enfrente tiene un alma y no la ve, y "después tiempo y polvo".
Un poema con la "marca de la casa", versos inhabituales, palabras extrañas y una poderosa fuerza poética, que llega al lector con la contundencia de un guante de boxeo.
Precioso Elena, un beso y el agradecimiento al "gañán" que con su ceguera desveló este poema.

RITMO RANCIO dijo...

Querida Elena:

Otra sorpresa poética, para reflexionar...
Los versos evocan las vivencias de distintas "sensibilidades".
Tu poema recuerda, hechos acontecidos en Grecia, también allí comentarios: ¡Cuantas piedras! ¿Mañana vamos al "Poloponeso"?
Y es que cuando "se mira sin ver", todo es lo mismo...

Gracias por obsequiarnos con este “punzante” poema.

Abrazos musicales

 Mayte dijo...

Con una fuerza total, lleno de vida y sentimiento tus palabras. Me tropiezo siempre con una parte tuya detrás de cada letra, lo transmites y cincelas delicadamente. Admiro la forma tan única hacer sentir y de volver la poesía en algo que electrizante.

Un abrazo siempre Elena, con cariño y todo ;)

helena dijo...

Es tanta la belleza que nos rodea que parece imposible mirar sin ver. Yo no quiero compartir mi vida con alguien a quien no le vibra el corazón ante lo grande y lo pequeño.
Decirte cuánto me gustan estos poemas tuyos, ya lo sabes. Siempre que te leo me quedo en la magia de tus palabras.
Mil besos, elena.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,

Llevo varios días dándole vueltas a este nuevo poema tuyo, y la verdad es que mis ideas se han ido revolucionando como si de se tratase de la erupción de un volcán: para eso tenemos el Vesubio y Pompeya convertida en lava.

Ahí están esas figuras inertes, huecas por dentro, y esos frescos y pinturas, eróticas la mayoría, que son la mejor representación de la perdida Pompeya. Presumimos que allí había vida y vida auténtica, hasta mala vida. Es y fue la Realidad misma.

Pensamientos y emociones recurrentes que siente cualquier persona normal que visita esas ruinas vivas todavía.

Tu poema me hace presente a un individuo carente de sensibilidad y de la más mínima emoción estética y afectiva: incapaz de ver las maravillas que tenía ante sus ojos, y principal y fundamentalmente, insensible a tus sugerencias, a tu emoción ante lo que estabas presenciando. Refleja tu poema la Soledad que debiste sentir ante la falta de sensibilidad de quien supuestamente te acompañaba; o, por lo menos, eso era lo que tú creías y esperabas.

Citas a los ruiseñores cantando las melodías de Schubert y a Plauto. Creo que tu poema bien podría estar en la boca de ese Catulo que, en los momentos de despecho por parte de au amada / amante Clodia / Lesbia, vomitaba contra ella los dardos más envenenados y furibundos. También podría ser el tan citado Ovidio, escribiendo su poema contra Ibis, un desconocido, pero seguramente repugnante personaje. Bien podrían esos tus versos estar pronunciados por la Dido de Cartago cuando, antes de su suicidio, ponuncia las venenosas palabras que Virgilio en su Eneida pone en su boca. Bien podrían salir esas palabras de la boca de Brutus y Collatinus, los que eliminaron para siempre a los Reyes de Roma y pronunciaron contra ellos palabras de desprecio definitivas, si tenemos que creer a Tito Livio.

En fin, amiga Elena, como siempre, un poema el tuyo que bien podría estar escrito en letras de oro de trenzado con los cabellos de las Furias o las Euménides, que son lo mismo, y que eran serpientes venenosas, si tenemos que creer lo que nos dice la Tradición Clásica.

Felicidades y enhorabuena, querida Elena,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Dejo aquí también, en tu espacio, para mayor comodidad tuya, el comentario que he dejado en el mío, a propósito de las sabias palabras que tú has escrito en él.

Amiga Elena, Elena Pascual, Elena Clásica, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,

Después de leer tu comentario a mi

SUPERVIVENCIA DE LA ESPECIE: EL AMOR ESPIRITUAL VERSVS LA ATRACCIÓN SEXUAL: ANOTACIONES A UNOS VERSOS DE LAS GEÓRGICAS (III, 244, 266, 274).

ya no queda nada que decir. Tú has sabido, con un comentario soberbio y bien documentado, hacer una síntesis general de todo lo que yo he pretendido decir, añadiendo a ese generoso y amplio comentario tuyo todo lo que han ido aportando los diferentes lectores, ilustres y bien atinados todos, que han tenido la paciencia de leer con atención y dedicación laudables todo lo que aquí se ha escrito.

Yo, por mi parte, nada tengo que añadir al corolario y broche de oro que tú has puesto en el conjunto, porque ha sucedido lo de siempre: allí donde pones el ojo y la desbordante Sabiduría que te ampara, todo queda impregnado de tu sensibilidad y tus amplios conocimientos.

Es muy difícil, por no decir imposible, añadir algo que sea nuevo o algo que tú no hayas intuido y explicitado de forma generosa, bien documentada, y sensata.

Yo ya estoy pensando en esa Pompeya que tú realzas en tu último poema, y en los frescos, eróticos la mayoría, que aparecen en los restos que nos han quedado de esa ciudad, en la que se practicaba en abundancia el Amor más auténtico y el Erotismo más refinado, sin olvidarme del dios protector de todo ese ambiente.
Dejaré por momentos mi dedicación a la diosa del Amor, la Afrodita / Venus, y pondré mi punto de mira en ese otro símbolo también del Amor Carnal, o, si lo prefieren los lectores, el representante de la Fuerza Erótica Masculina.

Me estoy refiriendo al dios Príapo, que también debe tener su lugar en estos Lares.
Te envío mi agradecimiento, mi admiración, mi entusiasmo, y también un afectuoso abrazo.

Antonio

Anónimo dijo...

Que habilidad muestras al mezclar la realidad con los restos que dejó la erupción del Vesubio. Describes lo vanal de una fotografia con la naturalidad de unas imágenes que pintadas en un muro expresan hechos verídicos, de tal forma que el personaje modelo queda anulado.
Me gusta tu poesia se sale fuera de las normas impuestas.
Un abrazo querida Elena Guillermina
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Aristos Veyrud dijo...

Con esta composición Elena Clásica desafía todas las muertes.
Su sensibilidad de poeta ilumina las trazas de vida y de vidas apresadas en las vetas minerales.
Es una arqueología del sentimiento que pregunta por el sentimiento, levantando el piroclasto, tocando con la mano descubierta los torrentes puros e insepultos de lo humano.
Su pulso y su ritmo se posan en las frescas ramas de Schubert y con la sabiduría del ruiseñor trina a versos su estrategia.
Destapa frescos, limpia la arquitectura, mira a los ojos de un tiempo milenario y sigue unas huellas secas en la ceniza hasta llegar al borde del ácido, del sopor de un espíritu difuso, impotente y famélico, siempre a la sombra y al rincón del dios del consumo que bate su cola de azufre y se difumina en los vapores de vanos pixeles.
Dos escenarios que amenazan la vida y donde el oficio de la poesía tirita en el centro de la historia con su único y valedero argumento: El amor.
Debajo de las montañas de ceniza y lava: La Vida… todavía.
Debajo de un universo de trivialidad: Un grito: La poesía:

“Es a causa de que el ruiseñor
cantó toda la noche;
por su dulce sonido,
cuyo eco volvía y volvía,
que las rosas han florecido.”
T. Storm

Mi abrazo inmenso Poeta!!!

Juan A. dijo...

Asombroso. Se perdió tantas cosas.

Besos.

Marina dijo...

Apabullada por tu poema y por los comentarios...Sólo puedo dejarte un suave suspiro de gusto y un beso para tí.

 Mayte dijo...

Felices y serenos días...Bonita, un abrazo!

calamanda dijo...

Y la impaciencia escala los muros
del tiempo...Preciosa entrada.

Magníficos comentarios a tu nueva
entrada.
Saludos.
Un beso.

Mar-Giverny dijo...

Gran poema, en que la desilusión y la rabia se hacenvolutas hermosas. Entiendo muy bien lo que explicas :(, uno ve algo que le gusta, le absorbe y el otro pasa por encima de todo y solo es un turista más en busca de una foto para que se sepa que estuvo allí.
Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cómo se me pudo pasar esta maravillosa entrada en texto e imágenes. Mil perdones. Besos.

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Perderse todo lo tuyo, es perderse lo imprescindible para vivir.

Magnífico texto querida y preciosa dedicadoria me haces.

Un abrazo

 Mayte dijo...

Muaaksss!!

Mimos, bonita que inicies muy bien tu semana. ;)

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena Pascual, Elena Clásica, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,

Me refiero a tu comentario a mi edición de la Sátira de Horacio:

EL DIOS PRÍAPO Y LAS BRUJAS CANIDIA Y SAGANA (HORACIO, SÁTIRAS, I, VIII)

La verdad es que, cuando uno trata un tema tan delicado, por lo escabroso y procaz que puede aparece a mentes y sensibilidades poco conocedoras de nuestros Orígenes y de nuestra Tradición, percibe uno, es decir, yo mismo, la sensación de que lo expuesto puede herir la sensibilidad de alguien, y está uno, yo, esperando recibir el comentario bien hilvanado y bien documentado de alguna persona sensata y con mente abierta, porque es característica del Genio el no cerrarse a ningún aspecto de la Realidad y ser receptivo a todas las posibles interpretaciones de cualquier hecho o circunstancia.

Quería llegar a ti, a tu bien documentado y transparente comentario, exquisito en todos sus detalles. Después de leer tu comentario, Querida Elena, uno se queda con la sensación, y también la certeza, de que lo que ha presentado ante los demás es una obra digna de elogios, y también de que ha sido bien recibida por parte de los lectores avezados.

Entonces tu comentario, es, como siempre, como un epílogo, un corolario, a esta Sátira de Horacio tan bien construida. Y el dios Príapo ha sido situado en su lugar correspondiente, aunque el hecho de ser un dios menor lo haya a veces convertido en un dios de aspecto no siempre bien recibido.

Príapo está situado por ti en su lugar apropiado: es el dios de la Germinación, de la Fecundidad, de la Alegría de los Campos que nos describe Virgilio en Las Geórgicas. También es, a veces, el dios de la Exuberancia Masculina, pero este aspecto no era el más interesante ni el más importante de los que se refieren a él.

Precioso y preciso comentario el tuyo, amiga Elena.

Un abrazo y todo mi agradecimiento, al tiempo que mi admiración por la clarividencia y sensatez de todo lo que escribes.

Antonio