TU PARTO
Estoy tan magullada
de odio y penas
estoy tan sacudida de palabras,
estoy tan maltratada de mordiscos
que sólo quedan de mí
mis desperdicios.
Vivo tan posesa de demonios,
de espantos que me miran
y me agarran,
de pinchos solitarios
que taladran
que entiendo bien la
ley de Mary Shelley.
Yo cosí los
remiendos de tu alma,
bodoques de
pasión enajenados,
que morí por alumbrar
tu nacimiento.
Me has descosido
y me deshago,
descerrajaste el caudal
de mis caderas,
violentaste la estructura
de mis huesos,
el lugar donde asoman
dos mil puntos
de genomas.
Pero no escaparás:
de antigua ley,
se voltearán los roles
con los años:
sanará mi placenta
de tinieblas,
desaparecerá mi
sangrado intrauterino,
resurgirá el crisol
de mi pureza
para alertar al monstruo
al que algún día
le vendrán representados
los muñones
que acertó a mutilar
despreocupado,
sin pensar en las iras
de los dioses,
como quien muerde
sacros hilos
y no entiende las Furias
de la muerte.
No profanes
el templo
de la vida
pues de un óvulo
tú también naciste
un día.
Serás atrapado
por las Parcas,
arrojado
a Lucina enfurecida,
que por cierto
son mujeres también,
que tejen vidas.
31 comentarios:
As tuas imagens e palavras são algo muito superior gosto!Beijo Rebelde!
Muy bueno, Elena!!!! pero...qué fuerte!!!tuve que releer varias veces, y cada vez me pareció muy duro, una sensación en el estómago...No hay indiferencia posible frente a lo que escribes.Besos!!!
Mi vaso rebosó vida por dos veces y por dos veces me dolió lo físico, que el alma no dolía. Por dos veces dos me sentí llena de amor y plena de ternura.
¿Se cambiarán las tornas? Se cambiarán las tornas y ellas se sentirán como yo me sentí con ellas dentro y fuera, con ellas conmigo y en su ausencia.
Se cambirán...deben cambiarse...y ójala esté muy cerca para verlo.
Un abrazo fuerte casi desde mi útero.
Es escalofríante este poema, Elena, quizá el más fuerte de cuantos te he leído. Digo "fuerte" en el sentido de exigencia, de echar en cara aquello que, como mujeres, no decimos, o sólo decimos cuando hemos recibido un daño muy grande de quien nos ha desgarrado. Quedo conmocionada, la verdad... Un abrazo muy fuerte.
Cuánto me cuesta comentar este poema! es la tercera vez que lo intento.
La mayoría de los hombres no vamos al médico por físico miedo.
Esta composición se corresponde perfectamente con algunas pinturas de Frida Kalho y causa como obra artística algo parecido a esa pesadilla de Goya de “Saturno devorando a su hijo”
Usted logra ambientar, describir y transmitir todo el dolor y el sufrimiento de una mujer que remata con un deseo de venganza que sea recíproco al propio tormento sufrido.
Qué dificil fluir por estos versos y más difícil suponer las situaciones reales que equivalen a ellos.
Tal vez lo único que le puede servir a uno como un poco de calma es que ya sea de forma indirecta o directa si es del caso uno pueda interceder para que estos casos no se den.
Tremendamente fuerte y sin duda necesario para muchos.
A veces el arte expresa estas penas para sacudirnos de esos estados cómodos en que la mayoría nos mentimos.
Un abrazo Poeta!!!
Cuánto dolor en ese texto.
Un poema muy fuerte: en estructura y contenido. Nos deja temblando su lectura y un dolor extraño en las entrañas.
Me ha parecido magnifico.
Besos
Amiga, !amiga cierta y verdadera!, Elena...me estremezco al leerte, acude a mí una amargura en útero, en esperma, en inicio, que no comprendo o que si la comprendo seré Medea futura. ¿De qué monstruo gótico me hablas? Horror en el viente recién parido. ¿Por qué? Háblame, dulce mujer, de la criatura inocente que te mira con mirada primera, no entiendo esta rabia que me estremece hasta los poros. No puedo, sin embargo, dejar de leerte, jamás, aunque en lo que dices, dices cosas que siento y, lloro contigo ¿Acaso no debemos llorar ante una placenta que dimite de aquello que llevó dentro y expulsa a la vida?
Me fascinas y atrapas, además las imagenes que acompañas, selectas, contribuyen a ello. Ayyy, bsitoooo.
Dame, Elena, dulces estrofas donde reposar mi fatigada cabeza, dámelas si quieres y lo sientes.
Poema de dolor, lamento implacable de una asombrosa intensidad que no deja sitio a la indiferencia.
Quedo sin palabras (sabes Querida Amiga que no son lo mío), ¡traspasa la angustia!.
Excelente tu criterio y sensibilidad en la estética de las pinturas escogidas.
Besazos.
un excelente blog, muy bueno, te seguire, Elena...( me lo he leido casi todo)
Cuanto dolor y cuanta rabia contenida ,a veces hay que recordar de donde se viene .
Felicidades por tus duras y reflexivas palabras.
Felicidades en este especial día de la mujer .
Un besazo .
Querida Elena:
¡Qué maravilla de poema!
De anatomías desgarradas, de la finitud y de la nada del alumbramiento, de la vida y del retorno para cerrar el ciclo.
Como siempre un placer visitar y quedarse aquí...
Un abrazo musical
Es muy duro y muy fuerte el poema y más fuerte cuando esa situación la estamos viviendo día a día. Con tus frases llegas a lo más profundo de los sentimientos, para unos significa dolor, para otros ¿que significado le darán?.
Es una gozada visitarte. Un abrazo Guille.
No me deja indiferente,es un poema
magnífico.Despierta emoción y sentimiento, atrapa y despierta los
sentidos.
Saludos.
Un beso.
Elena, tus poesías con geniales, llenas de historia, de recuentos, de vida, una línea me lleva a un viaje a la mitología, otro a viejos cuentos, a teorias olvidadas...a sabores deliciosos que unidos forman cosas realmente originales y hermosas.
Un biko bonita ;)
Primera estrofa:
Sensación de desgarro, de desgajamiento de los miembros, pero con la idea transparente de que hasta tus despojos son despojos de alegría. La pintura de Eugen Bratfanof le da un tono de admiración y sorpresa al mismo tiempo.
Segunda Estrofa:
Esos son los demonios que han dejado sin cabeza, sin brazos, sin piernas a la Venus de André Balyon. Es un busto equilibrado, clásico.
Tercera Estrofa:
Sutilmente femenina, juvenil y madura al mismo tiempo la pintura de Autumn Skye Morrison: resonancia del parto realizado, nostalgia de lo que antes eras tú y ahora ya no es tú, sino otra individualidad. Sorpresa, alegría, empatía, comunión con la nueva critura. Simpatía con el otro ser, al estilo de Max Scheler, otro de mis autores preferidos, en Esencia y Formas de la Simpatía.
Cuarta estrofa:
Impresionante y, si quieres, exhibición pura y simple, el embarazo de Danielle O'Brien. Admiro el desgarro que le va a producir, con la esperanza cierta de que todo se recompondrá, porque nada permanece, sino que todo cambia, porque todo es vida. Alusión a las Furias, que se representaban con ojos ensangrentados y serpientes como cabellos, pero alusión medida y comedida.
Quinta estrofa:
Me impresiona la Soledad de Steve Hanks, con su ensimismamiento, y el texto de intensa advertencia de que todo volverá a su lugar, o, por lo menos, debería volver. Percibo aquí un agarrarse a la vida decidido y una advertencia a los que apuestan por la muerte, en el estadio de la vida que sea. Unas buenas líneas para uso y disfrute de todos los que amamos la vida, en cualquiera de sus formas evolutivas.
Sexta estrofa:
Amenazas a todos los que no son como deberían ser, a los que son los otros, en el peor de los sentidos. Eso lo que les ha dicho esa mujer que les ha dado la espalda y nos muestra su Soledad, que no es tal, porque está inmersa en la Naturaleza, tras su reflexión, y sus advertencias. Se ha desprendido de todo: de sus joyas, de sus complejos, de sus miedos, de su ropa, incluso de su cara, porque está de espaldas. Anoto la acertada puesta en escena de las Parcas, las que acaban con la vida, con Lucina, la que ayuda a parir. Acertada unión de los contrarios.
Y para finalizar, esa pintura de Piet Bos, que nos muestra a una mujer en plena feminidad, pero sin exhibición del más mínimo atisbo de lo que pudiera rebajarla de su categoría de mujer y convertirla en deseo de mal gusto. Es la Belleza en grado platónico, como idea abstracta que se nos escapa. En definitiva, un solemne epílogo esa mujer estilizada, con tonos verdes, que la hacen más compatible con esa Naturaleza a la que todos pertenecemos, o, por lo menos, quisiéramos pertenecer.
Amiga Elena, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,
No tengo palabras adecuadas para hacer un comentario digno y completo de todo lo que encierra este poema tuyo, que, como siempre, se presta a ver mucho más allá de lo que uno percibe a primera vista.
Creo que fue Ítalo Calvino quien dijo que un Clásico es aquel que se puede leer múltiples veces, y, cada vez que se lee, percibe uno nuevas sensaciones y nuevas riquezas.
Así es tu poema. Lo releeré con frecuencia.
Felicidades y un abrazo gigante, producto éste del parto de la amistad que nos une.
Antonio
Amiga Elena, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,
Te sugiero que leas el comentario que ha hecho en mi espacio Carlos Hernández, Chacien, en mi reflexión sobre el furor eroticus de las yeguas, porque va dirigido a ti.
Oportunamente recibiréis, él y tú, mi valoración al respecto, cosa que no es tarea fácil, porque, con vuestros soberbios comentarios, mi espacio se está vistiendo de categoría y calidad altas, cosa que me llena de satisfacción y de agradecimiento sincero hacia quienes colaboráis en él.
Un buen beso,
Antonio
Querida elena
Me viene a la cabeza el pensamiento de comparar el alma de la mujer con una esponja, que va absorbiendo dolores hasta que pierde la capacidad de reterner más, y le desbordan, y necesita una mano que le escurra las lágrimas y los tormentos... ¿crees que recuperará su forma primitiva?; yo no lo sé, creo que siempre queda un afán de resarcirse, de que el dolor vuelva al que lo causa, aunque esto, a la postre, no es una medicina que cure nada.
Muchos besos.
Casa madre:
dadiva de amor,
denodado afán,
dimanante fluido,
donante cobijo sin fin,
dueña de toda vida.
Ferdinand Wei (departiendo)
Querida amiga Elena
Sensacional la serie de cuadros que enmarcan el poema, exquisitamente
elegidos y que visten el texto y al menos a mí, me ayudan a aprehenderlo.
Por no decir, que esperaba el comentario de nuestro común amigo Antonio para situarme. Y en su cita de Ítalo Calvino, sobre lo que es un Clásico, me apoyo para mis consideraciones. Me parece que el poeta se rebela contra el "parirás a tus hijos con dolor" del Génesis y lo hace con rabia incontenible. Esta rabia, es: ¿contra el hombre? ¿contra la naturaleza? ¿contra la divinidad? ¿contra todos? La semántica hermética de algunos versos, que no consigo abrir, pues la
llave la tiene el poeta o su musa, me obliga a decodificar, partes del poema, basándome sólo en presunciones, de ahí que considere que se trata de un poema
admonitorio hacia el hombre, pero es sólo una presunción.
Lo han destacado ya, los que lo han leído; duro, fuerte, estremecedor, etc., incluso yo añadiría "violento".
Sin lugar a dudas un sensacional poema, con las "marcas de agua" de un estilo propio, que sitúa "extraños versos" en algunas estrofas.
Un abrazo, amiga Elena
Amaste mujer y el fruto que maduraste en tu alma se te escurrió como hijo desheredado y desagradecido.
Te entregaste ¡¡oh fértil y fecunda diosa de los claros cielos, no temas a romper esa atadura que te eclipsa el pecho, sacude las telarañas andrajosas y negras de tu mancillado corazón y vuelve a posar tu dedos sanadores sobre el mundo!!
Querida Elena:
Este poema es desgarrador y muy duro. Después de haber dejado un dulce poema en el blog de nuestro querido Antonio Martín Ortíz, como homenaje al nuevo miembro de su familia... me ha costado bastante "cambiar el chip" y asimilar la imagen del parto del odiado.
Sin embargo, entiendo perfectamente el brutal alumbramiento que supone la ausencia ¿o la expulsión? de quien hace un daño muy fuerte, y rompe, con su marcha, nuestro ser más íntimo.
Inevitablemente viene a mi cabeza mi "Piel sola", y, con tu permiso, lo dejo en mi comentario. Es mi visión de tu poema.
Elena, original y audaz, como siempre.
Me alegro de volver.
Un beso.
S.
PIEL SOLA
Se ha cerrado mi piel
definitivamente.
He vuelto a mí,desnuda
y desvalida
acorralando las últimas estrellas.
Te he parido de mí,
y ahora recojo
las ásperas hilachas
desprendidas
de tanta indiferencia,
tanto olvido,
tanto penar,
y tanto desengaño.
Se nos rompió el cordón
imaginario
de tanto amor a medias.
Y exhausta y aterida,
mojada en soledad,
huyo de mí hacia dentro,
en la succión perenne de tu recuerdo
roto
en el espejo.
Elena:
Este poema me ha estremecido totalmente; me parece que recorre esos siglos inacabables, intensos y horrorosos, a través de los cuales, ha venido sufriendo y luchando la mujer, dejando en la tierra sudores como ríos crecidos que arrastran esperanzas, gotas de sangre como arroyos para teñir de rojo oscuro la faz de la tierra, para que quede como esa huella indeleble que ha de recordar, por siempre jamás, la humillación histórica que ha sufrido la mujer. Es como, si de pronto y en pleno rostro, recibimos de ella una bofetada no de odio sino como un recordatorio de que ella es, ante todo, la vida y de ella nacen todas la primaveras.
La intensidad y el dramatismo de tu poema, Elena, me recuerda un verso de un poema del peruano Cesar Vallejo: "Hay golpes en la vida, tan fuertes...yo no sé!/ Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,/ la resaca de todo lo sufrido/ se empozara en el alma...Yo no sé!
Extraordinario poema!!!!
Un abrazo.
Gustavo Figueroa V.
Gävle, Suecia
Amiga Elena Pascual, Elena Clásica, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,
Tua, Maecenas, haud mollia iussa [No son fáciles tus órdenes, Mecenas] (Geórgicas, III, 41). Es lo que le dijo Virgilio al adinerado, noble, y protector de Las Letras Mecenas. Una traducción más libre sería: no es fácil la tarea que me impones, Elena.
Es que tú has hecho un comentario para celebrar el nacimiento de Carla que parece salido de la mano de Virgilio, por la concisión y la cantidad de pensamientos que resumes en unas cuantas palabras. Está todo bien medido y bien meditado. Aquí se alude, de forma generosa, por supuesto, a la llegada de una nueva vida, pero también, de una forma grata y halagante, cariñosa, a quien esto escribe. Tengo que estarte doblemente agradecido, y reconocer, una vez más, que no hay quien se pueda comparar contigo. La verdad, ateniéndome a tu forma de escribir, sólo se me ocurre remitirme a Las Geórgicas de Virgilio.
Y que conste que lo digo yo, que, dejando aparcada por momentos mi habitual modestia, me reconozco un humilde admirador de Las Geórgicas, de las que algo entiendo.
Un fuerte abrazo, y todo nuestro agradecimiento, el de Carla y el de todos los que te leemos a ti y queremos a Carla, Querida Elena.
Antonio
¡Guau!
Muy sentido...
Y pinturas que te abren los ojos, como siempre...
Por cierto me hacen mucha gracia tus comentarios en La Voz, me río mucho con tu perspectiva últimamente... ¡es única!
Besos desde Lisboa!
Estremecedor, amiga Elena.
Besazos.
Gosto:))Beijos!
Un abrazo fordo bonita, que descanses y disfrutes mucho el fin de semana ;)
Bikossss.
Excelente elección de imágenes y música, complementan perfecto esta obra única que permanecerá en mi memoria. Admiro su forma de expresar ese dolor que nos une a todas.
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