En esta ocasión me gustaría haceros partícipes de un paseo poético por el que caminamos de la mano de la increíble escritora Meri Pas Blanquer.
Presentación de A una manzana del paraíso en el Atelier de la Llana |
Es para mí un honor y un privilegio compartir esta introducción que realicé para la presentación del nuevo y extraordinario poemario de Meri Pas Blanquer: A una manzana del paraíso.
Frans Floris |
Esta fascinante escritora nos deleita con otra de sus maravillas.
Jan Gossaert |
Poemas que salen del corazón, que llegan a las entrañas, que hablan del papel de la mujer en el universo amatorio y en un día a día que supone soportar culpas, tópicos, sacar adelante sola a una familia o cultivar la tierra duramente en muchos rincones geográficos y ser relegada a la oscuridad por razón de su sexo.
Friesz Othon |
Los placeres que le fueron negados a la mujer y que soporta sobre sus espaldas en esta tradición judeocristiana, que nos ha sido impuesta, toman especial relevancia en este poemario.
Paolo Cagliari, el Veronés |
El amor que deja huellas imborrables, la entrega, la vida íntima y la relación con un mundo a veces cruel, otras transido de belleza, los desencuentros amorosos...
Hugo van der Goes |
En fin, los innumerables estados de ánimo en la vida de una mujer sensible suponen la creación de esta autora, de una voz siempre personalísima y bella como pocas.
Suzanne Valadon |
A una manzana del paraíso sitúa en la picota los símbolos reverenciados durante siglos que han servido de muros terribles a la humanidad y que tanto y tanto mal han hecho a las mujeres.
Peter Wenzel |
A los frágiles e indefensos, a aquellos desarraigados en una sociedad dictatorial y sofocante, intolerante, intransigente.
Tiziano |
Jury Annenkov |
Este recital tenía como telón de fondo una noche plagada de estrellas, como solo tus versos saben ofrecer.
Tintoretto |
Fijaos en la versión recitada que nos aporta la gran Clarisa Leal del poema Carpe diem, increíble:
Clarisa Leal recita Carpe diem, de A una manzana del paraíso, Meri Pas Blanquer
A continuación, amigos, comparto con vosotros, la presentación de A una manzana del paraíso realizada en el precioso y artístico Café Atelier de la Llana, el día 2 de abril de 2016, un lugar mágico donde la poesía es siempre protagonista.
Muchos y buenos amantes de la poesía se animaron a prestar sus voces al recital |
Fue increíble analizar el profundo, intenso, reivindicativo contenido de este poemario y participar en su presentación.
Aquí me tienen a la izquierda, en la foto, de Meri Pas situada en el centro. Y a la derecha encontramos a Marta Porpetta Jiménez, directora de la editorial Torremozas, cuya presencia nos honró. |
Tengo que reconocer que incluso algunos de nosotros nos atrevimos a realizar una breve performance durante la realización del acto.
Yo misma, Elena Pascual, durante la performance poética |
Así fue. En estos momentos me lancé a dramatizar alguno de los poemas.
¿Adivináis a quién tenía a mis espaldas durante este momento de la performance? ¡Estáis en lo cierto! Al mismísimo Eros |
Raquel Alcócer, nos deslumbró con su talento y su osada valentía al encarnar al mismísimo Eros en esta perfomance. Bellísima nuestra Eros particular.
Raquel Alcocer tan sumida en su papel de Eros que disparaba con su arco amoroso cuando le parecía menester |
Aquí podéis contemplar una panorámica de la presentación y el recital.
Momentos vividos durante el recital |
El lugar "Café Atelier de la Llana", la buena compañía, los poemas, la presencia de Marta Porpetta, la directora de la Editorial Torremozas... un ambiente único.
Emotivos momentos vividos amparados por el calor de los versos |
Tenemos que volver a congratularnos por la publicación de A una manzana del paraíso, precisamente en la editorial Torremozas, una editorial dedicada en cuerpo y alma a difundir las voces de autoras necesarias para las Letras y gracias a la cual rescatamos a escritoras imprescindibles. Gracias de nuevo a su directora Marta Porpetta.
A UNA MANZANA DEL PARAÍSO, POEMARIO DE MERI PAS BLANQUER |
Mi sobrina Carla, orgullosa guardiana de poemas, prepara la mesa para la firma de la autora.
Carlita no perdía ripio ni verso libre |
Paso a compartir con vosotros el contenido escrito de esta presentación.
Yo misma, Elena Pascual, durante la lectura de algún poema |
Y el título que he elegido para la exégesis del poemario es:
Con mi sobrinita bella Carla Berdión, buena lectora, colaboradora en el recital |
Meri Pas o la deconstrucción del mundo.
Emotivos momentos vividos en la presentación de A una manzana del paraíso |
Espero que os guste.
Pedro Pablo Rubens |
MERI PAS O LA DECONSTRUCCIÓN DEL MUNDO
Este segundo poemario de Meri Pas Blanquer, A una manzana del paraíso, de una belleza intensa en su expresión formal y de un profundo sentimiento en el fondo de sus versos.
Supone este poemario la deconstrucción definitiva de los mitos, de los grandes símbolos, de los arquetipos que habitan en el inconsciente colectivo, y de qué jungiana manera, Meri Pas, acierta a equilibrar sus aspectos ocultos, a darle luz a la sombra que subyace.
Masolino |
No es casualidad
que la autora imponga, orgullosa, este título a su poemario. Ni es el azar el
que decide dividir los poemas en sus cuatro series:
Eros y tanatos, In utero, Extramuros, y Amantes amentes.
No, no; lejos de
dejar el orden al albur de las circunstancias, y de buscar únicamente un título
sugestivo, bien sabe Meri Pas lo que se dice, aunque no se deleite en dejarnos
claras sus ideas. No importa, para eso estamos nosotros aquí, para extraer el
jugo a su poesía, analizarla, vaciarla, comprenderla, desentrañar sus
significados ocultos, hacerla nuestra y entonces ya sí y por derecho propio
dejarnos emocionar.
Max Beckmann |
Empecemos este
paseo literario con Eros y Tánatos, la pulsión de la vida y de la muerte unidas, desde
su etimología griega al psicoanálisis freudiano. El diosecillo del amor, Eros pugna por imponerse en la humana
existencia sin lograrlo totalmente o, al menos, no sin que Tánatos le imponga un duro combate, que deje exhausto a Eros.
Así, parece que
el poemario se configura en la búsqueda del amor, a pesar de todas las barreras
contra las que Eros choca, a pesar
de quedar mutilado, doliente, herido de muerte. Esa es la razón, parece
decirnos Meri Pas, por la que supimos que era ciego, no porque no sepa dónde
dispara, sino porque tan brutales han sido los combates que se han enfrentado
con su mirada, que sus ojos han caído ensangrentados al suelo y ha de tapar el
horror con una blanca venda, mentira de la apariencia y de la corrección
social.
Eros, espantando, apocalíptico, se refugia en el orgullo de su símbolo para simular ganancias, con un corazón roto, desgarrado, indefenso. Como aquellas rosas de El principito de Antoine de Saint-Exupéry, donde el piloto extraviado sostiene este diálogo con el principito:
—Las
espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.
—¡Oh!
Y
después de un silencio, me dijo con una especie de rencor:
—¡No
te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se
creen terribles con sus espinas…
Cierto es que Eros procura sentirse arropado en su papel omnipotente, se muestra arrogante, inmenso, diosecillo terrible, orgulloso de su preciosa cabellera, de su soberbio arco, de su presencia, como nos recuerda Cristina Peri Rossi:
En la actividad de navegar,
como en el ejercicio del amor,
ningún marino, ningún capitán,
ningún armador, ningún amante,
han podido evitar esa suerte de heridas,
escoriaciones profundas, que tienen el largo del cuerpo
y la profundidad del mar […]
como en el ejercicio del amor,
ningún marino, ningún capitán,
ningún armador, ningún amante,
han podido evitar esa suerte de heridas,
escoriaciones profundas, que tienen el largo del cuerpo
y la profundidad del mar […]
Y, sin embargo….
Léase
en Meri Pas:
En “Después de amar”:
“Después de amar
tu saliva da un salto mortal
hasta mi sangre
y el resuello resbala
por la manzana del paraíso.”
Miguel Ángel |
A “Otra mañana más”:
“Otra mañana más
sin atesorar tu nuca,
sin aspirar las mariposas
que serpentean atropelladas
por el camino hacia tu espalda.
Otra mañana más
de venerar tu rostro imaginario
en los cristales […]”
del “sublime espasmo convulso al que precede el escalofrío”, de “aquellas veraniegas albercas con el oro luminoso de tu pelo”, a
“las tardes de invierno,
calabazas despobladas
de carne y de pepitas,
insalvables abetos
donde la escarcha y yo
hacíamos
nido catártico […]
donde
temía “morirme de añoranza”.
Pareciera
que el verano no va a salir triunfante de esta batalla, se asoma irremediable
el otoño y Tánatos acecha. El
universo, cual pájaro siniestro y terrible, convertido en agujero negro es la
trampa en la que cae valiente pero desmembrado Eros, así en“Aroma
a curry”:
“Te
engullirá un vacío inexorable”.
En “A una manzana del paraíso” resuena el grito de dolor de solitaria Eva, exhibiendo traspasada de agonía “su terrible zarza”, lanza al vacío cósmico su invitación, sin recibir respuesta alguna. Su voz se alza agónica, Eros atormentado por Tánatos:
“Devórame como
a tu fruta favorita
que de su jugo emana
el perfume llameante.
Déjame orbitarte,
seré cometa,
hielo,
polvo, sangre”.
¿O es
que queríamos olvidar a Lilit?
Así la encontramos en los comentarios cabalísticos del Pentateuco, el Yalqut Reubeni, recopilación que debemos al trabajo exhaustivo y pormenorizado de R. Reuben ben Hoshke Cohen, (siglo XVII) :
“Yahvéh
formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había formado a
Adán. De la unión de Adán con Lilit y con otra parecida, Naamá nacieron muchos demonios que siguen atormentado a la
humanidad. Muchas generaciones depués, Lilit y Naamá se presentaron ante el
tribunal de Salomón disfrazadas como rameras de Jerusalén.”
Sabemos,
a su vez, que Adán y Lilit nunca tuvieron armonía entre ellos, pues esta se
ofendía por la postura que él siempre le exigía cuando deseaba tener relaciones
sexuales con ella.
¿Lilith?, relieve en terracota, procede del sur del actual Irak, época paleobabilónica, bajo el reinado de Hammurabi datado entre 1800-1750 a.C. |
«¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.
Adán se quejó a Dios: "Me ha abandonado mi compañera." Inmediatamente
Dios envió a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que llevaran a Lilit
de vuelta. La encontraron junto al Mar Rojo, región que abundaba en demonios
lascivos, con los cuales dio a luz Lilit a razón de más de cien por día.
"Vuelve a Adán sin demora - le dijeron los ángeles - o si no, ¡te
ahogaremos!" Lilit preguntó: "¿Cómo puedo volver a Adán y vivir como
una ama de casa honesta después de mi permanencia junto al Mar
Rojo?"
Lady Lilith, Dante Gabriel Rossetti |
Desahuciada, sucia a ojos de los hombres de su aspecto lascivo, bañada por aguas rojas, impura por sus ciclos biológicos, la mujer del mundo judeocristiano, “A una manzana del paraíso”, maldita Eva, grita buscando el amparo de sus hermanas. Magnífica la cita de la querida estudiosa, psicóloga y escritora Clarissa Pinkola Estés.
Herido en lo más profundo Eros y recuperada Lilit, asistimos a la segunda deconstrucción del poemario. Estamos ya “In utero”.
Léase en Meri Pas sobre la tigresa hambrienta:
“[…]suplica
sexo
con
aire despiadado
y los
hombres
ofrecen
a la mujer
sus
miembros vanidosos
…
Esa
mujer busca un pedacito
de
ternura sobrante
y
nadie la comprende”.
Células, membranas, tejidos, la vida interna de la mujer a la palestra. ¿Seremos tan valientes de entrar “In utero” a la contemplación de la proscrita?
Pang Maokun |
No es posible otro comienzo que el que limpia la mentira del mito preponderante de la polaridad masculina en la naturaleza.
Pang Maokun |
Que la lluvia sanadora y purificadora, venga a barrer tanto despropósito y erija el lugar del papel femenino al lado del masculino.
“Hoy te llamo lluvia,
de tu poder no ignores el
prodigio,
haz que brote otra vez el mundo,
atempera la sed de tantos siglos
y rompe las ventanas de los
límites.
Rebélate sobre la nada,
lánzate a su yugular
y no
permitas que vuelva a florecer.”
Son mujeres de hace siglos las que escuchan esta lluvia sanadora. Porque yo las he visto, como un portento, leyendo a Meri Pas:
“He visto mujeres
alargar las raíces
hasta sobrepasar
sus vientres rebosantes.
Mujeres que protegen
su camada derramando
su sangre en el intento.
Hay tardes en que las mujeres
se remiendan los zarpazos
¿Quién no está rememorando en estos momentos a la loba capitolina?
De esta visión y de la lluvia sanadora nace el nuevo grito animista en femenino:
“Que barra sin piedad
las partículas inútiles,
la consumida llama pétrea
y deje crecer esta flor pura
que hoy me está naciendo
Y desde el grito, el aullido de la manada la acompaña como un coro salvaje de siglos:
“Que barra sin piedad
las partículas inútiles,
la consumida llama pétrea
y deje crecer esta flor pura
que hoy me está naciendo
en la
garganta.”
Así como el patito feo de Hans Christian Andersen, buscaba su imagen de belleza. Y en el análisis de Pinkola Estés, la dicha de la pertenencia viene motivada por el hallazgo de la manada.
Robert Coombs |
“ [El patito] Llegó a un estanque y, mientras nadaba, notó que el agua estaba cada vez más fría. Una bandada de criaturas volaba por encima de su cabeza; eran las más hermosas que él jamás hubiera visto. Desde arriba le gritaban y el hecho de oír sus gritos hizo que el corazón le saltara de gozo y se le partiera de pena al mismo tiempo. Les contestó con un grito que jamás había emitido anteriormente.
En su vida había visto unas
criaturas más bellas y nunca se había sentido más desvalido.”
Así “Rara avis”, ella, la proscrita:
Cuando nace,
mucha gente
dice
que es un castigo
Algunos la tocan,
la observan,
la investigan,
buscan imperfecciones,
averías,
deficiencias.”
Es
hora de liberar al pájaro de su jaula, pero como diría José Martí:
“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan.”
Así que, “no pido clemencia, que me sobran agallas…” Y la voz poética “como gata nocturna, garra afilada de mujer de pólvora” ,
busca su aposento en la lírica, en los versos, y con un audaz sentido del humor, comparte:
Paola Gandolfi |
“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan.”
Robert Coombs |
Así que, “no pido clemencia, que me sobran agallas…” Y la voz poética “como gata nocturna, garra afilada de mujer de pólvora” ,
Paola Gandolfi |
busca su aposento en la lírica, en los versos, y con un audaz sentido del humor, comparte:
–¿Y
la poesía?
–¿Dónde
estás?
Ya volverá,
siempre acaba rendida
por mi estigma de maldita.
Es tan
arpía como yo.
Y la autora vuelve a deconstruir, el mito del sacrificio acendrado para la consecución, la tradición cristiana del sufrimiento, ¡válgame Dios!, y acude sutil a un mito clásico para ejemplificar el trasfondo e inventar alas:
El mito
de Ulises se derrumba, atado al mástil para soportar la llamada de las sirenas,
¿y si las sirenas quisieran crear un hogar bajo las aguas?
Así en "Fraude":
"Nos dijeron que la vida
la gana quien permanece
agarrado
al mástil de la tenacidad.
…
Yo solamente he visto
pobres larvas que luchan
demasiado tiempo para romper
esa crisálida redentora
y deambulan toda la vida
como muertos,
con las manos gangrenadas
de tanto prenderse
a un
mástil inverosímil.”
Por eso la mujer, la gata, la arpía, se ha transformado en pájaro
“La corteza de la primavera
se
rompe y debuto como ave.”
El ave
que declara “ningún proyectil amputará mis alas”, contempla desde las alturas
el fracaso aún reinante y termina desmoronándose en el último poema de esta
serie, afligida, frustrada,… pues, para alguna mujeres “zozobrar sería lo más hermoso”:
Pang Maokun |
“y no hay nadie
que les pase la hebra
por la aguja
a no ser que sea
para pespuntear
En
esta serie y después de arrojados intentos de alzar el vuelo y planear, de
dejarse mojar desnuda por una lluvia purificadora, la autora se muestra
impasible ante la batalla que Tánatos
le ha vuelto a ganar a Eros.
Jeffrey T. Larson |
No sin
una inquieta preocupación y con heridas, lacerados lectores ya, pasamos del
utero a “Extramuros”.
Así
que no queda otra que ponerse manos a la obra, abrir más frentes si es
necesario para ganarle la guerra a Tánatos,
para que derrotado Eros, resurja, se
ponga en pie, tome ánimo, para que Lilit
mire a la cara a Eva y esta sepa
integrarla.
Y extramuros
nos espera la esposa de aquel atado al mástil, Penélope. Esta nueva Penélope
“se ha
hecho autónoma
ahora
vende sus creaciones
y es admirada por su talento.
Además,
se dedica en cuerpo y alma
a copular a diestro y siniestro
con
quien le viene en gana.”
La mujer que encarna Extramuros, representada en primer término en Penélope, se convierte en muchas otras, como aquella que sabe gozar de orgasmos matemáticos, o que muestra conmiseración por aquel que quiso congelar.
Pang Maokun |
Es la mujer la que decide tomar cartas en el asunto de la siguiente manera, su mirada muestra la empatía hacia el hombre y hacia ella misma. Es la única vía para continuar e integrar el mundo.
¿Conseguirá salvarse en Amantes, amentes?
La conclusión no puede ser más
terrible y demoledora, hasta la teenager
desconoce que acabará con el corazón destrozado. No hay redención.
Esta serie la abre “Aviso”:
“que nadie
se lleve a engaño,
la que avisa nos es traidora:
El óxido que propagas
puede consumir para siempre
los
huesos de la humanidad.”
Eros no consigue remontar, no puede equilibrar la esencia de lo masculino y de lo femenino ni los límites entre un ser humano y otro, la vida de uno se construye al margen de los límites del otro. El lector se encuentra ante el espejismo,
“Cuando llego a tu altura
Fuera
del espejismo, el mundo se rompe, se resquebraja, muestra su “Brecha”:
“Tú y yo sin embargo
solamente veremos
un agujero enorme
como
esta fisura en la memoria.”
Ahora
Meri Pas deconstruye el mundo conocido y nuestra visión de lo bello y lo
ordenado, como expuso Freud, y parece ampararse en la metafísica de Elitys: el
encuentro, el amor, existieron, sí, pero antes del mundo, como dijo el amado
Odiseas:
“Es
pronto todavía en este mundo, me oyes,
aún no se han amansado los monstruos, me oyes.
Mi sangre perdida y el afilado, me oyes,
cuchillo
Como un carnero que corre por los cielos
y rompe las ramas de los astros, me oyes.”
aún no se han amansado los monstruos, me oyes.
Mi sangre perdida y el afilado, me oyes,
cuchillo
Como un carnero que corre por los cielos
y rompe las ramas de los astros, me oyes.”
Así, Meri Pas en “Después el mundo”:
“Mucho antes de todo eso,
tu mirada y la mía
se encontraron.
Después el mundo.”
O, “In absentia”
“Nada logrará
lo que un día
hizo que las aguas del mar
se dividieran
–mientras tú y yo
ajenos a la vida –
nos contemplábamos.”
La
última deconstrucción, busca finalmente, el retorno de la esencia masculina
hacia la femenina, esta no ha conseguido salvarse, Tánatos observa erguido y magnífico. Eros se duele, la mujer ha asumido su derrota. Eros solo puede volver a ponerse en pie si el hombre se acerca a la
ruina de la mujer, que es la suya propia y es la del mundo.
“que sienta la escarcha
y la horca en torno al cuello.
Confíale tus secretos
hasta que pierda el equilibrio.
Comprueba si es capaz
de
respirar bajo el derrumbe,
…
Si logra mantenerse ahí
si no se esfuma en tu tristeza,
será legítimo su abrazo.”
La
deconstrucción final invita a aceptar, a integrar el vacío, la ruina, el
hundimiento del mundo:
Psyche abriendo la puerta del jardín de Cupido, John William Waterhouse |
“No
volveré a decir tu nombre”, afirmación de nuevo de amplias
resonancias cabalísticas, pues el nombre encierra la realidad e inevitable el
viaje al corazón de Umberto Eco.
“Serás lo que anidará
en lo eterno.
La semilla y la llama.
El relámpago
que nadie recordará.”
Y
reclama la victoria del otoño sobre la primavera, un otoño sádico, donde
encontramos:
“Estatuas blasfemando
en mitad de los jardines
cuyos miembros han sido
castrados y envueltos
en papel de aluminio.”
¿Por qué no hemos de respetar a Tánatos? Mirémosle sin miedo, sí, ha
vencido a Eros, sí,
¿y qué?
“Porque es imposible
que el otoño
sea complacencia
con tus manos por un lado”.
Ahora
comprendemos de una vez por todas porque el poemario iniciaba su primera serie
con la palabra “Eros” y finaliza la
última con el vocablo “amentes”.
Tomasso di Giovanni, Masaccio |
Si, exánimes ante la deconstrucción, queremos por fin reconstruir el sentido del poemario, encontramos la clave”: “Eros amente”, el prefijo griego –a, indica carencia, negación del término al que acompaña: -mente, en latín, o psique en griego: Eros sin Psique, por lo tanto Eros y Psique no se han encontrado, como en aquel cuento de Apuleyo. Lejos estamos ya de los Eróticos desvaríos, cuya andadura abría una esperanza lejana.
Solo,
querido lector, nos queda, disfrutar de los zarpazos de un otoño sádico en
primavera. Bienvenido, Tánatos.
Eros yace abatido (Raquel Alcocer en el papel de Eros) |
Espero, amigos, que hayáis disfrutado de este paseo tan cerca del paraíso, que finalmente tan inasequible nos resulta.
Pang Maokun |
Por supuesto, si queréis disfrutar del poemario de Meri Pas Blanquer, podéis hacerlo a través de la página web de Torremozas, de La Casa del Libro o en cualquier librería de vuestro agrado:
A una manzana del paraíso
Meri Pas Blanquer
Hasta pronto, amigo. Un beso.
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